Carolina Iglesias: "Fui la pringada en clase y no se acaba el mundo"

Para Carolina Iglesias —Percebes y Grelos es cosa del pasado— "salir del armario" fue duro pero fundamental para sentirse libre. Este viernes habla sobre su vivencia en el Paseo del Miño.
Carolina Iglesias. INSTAGRAM
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LO SUYO son los récords. Carolina Iglesias (Oleiros,1993) ha sido la cómica más joven en grabar un monólogo en Paramount Comedy, la de menor edad en recibir el premio LGTBI+ Marcela y Elisa, y ha posicionado Estirando el Chicle (premio Ondas) como uno de los pódcast más escuchados de España. Este viernes está en Lugo —tierra de su familia materna— con un encuentro LGTBI+; y el sábado, en el Coliseum coruñés, en el Encuentro Mundial de Humorismo, junto a Victoria Martín con su programa.

En alguna ocasión se ha definido como tímida. ¡Imposible!
(Risas) Sí, lo soy y mucho. Es parte de mi personalidad lo que pasa que cuando estoy trabajando me pongo una especie de máscara para abordar las cosas. A lo largo de mi vida me he enfrentado a muchos momentos que no pensaba que podría, pero efectivamente no soy una persona a la que le guste llamar la atención para nada. Me he dado cuenta de que por mucho que te dediques a algo público no tiene porque gustarte exponerte.

Hoy visita Lugo. Sus abuelos y su madre son de Foz. ¿Emocionada?
¡Claro! Tengo muchos recuerdos. Pasaba todos los veranos en Foz y mis cumpleaños (el 8 de agosto), que coincidían con las fiestas. Mis tíos vivían en San Ciprián e iba también a la Maruxaina. Recuerdo ir a la playa de A Rapadoira, a As Catedrais, acompañar a mi abuelo al Leyton a echar la partida… Mi madre nació y tiene todas las amigas en Foz y está muy contenta de que la charla se haga en su tierra. Me encanta que este tipo de encuentros se hagan en más sitios aparte de las capitales.

Va formar parte del primer encuentro LGTBI que se celebra en Lugo. ¿Qué significa para usted haberse convertido en un referente para el colectivo?
Es una gran responsabilidad, por eso intento no pensarlo mucho. Mi mayor compromiso con el colectivo es, sobre todo, ser visible.

Siempre ha sido muy abierta y reivindicativa. ¿Le costó dar el paso de decir que era bisexual?
Me costó asumir lo que era porque no tenía casi referentes y no conocía a muchas personas que admitiesen ser bisexuales. Lo pasé mal a pesar de haber crecido en un entorno totalmente inclusivo y que a nivel familiar nunca tuve ningún problema, fui afortunada en ese sentido, pero fue difícil.

¿Es fundamental hablar sin tapujos de la sexualidad para visibilizarla?
Ser visible es fundamental para que las personas que se esconden sea conscientes de que no están solas. También es un esfuerzo que hay que impulsar desde las instituciones, mucha gente si no habla de su condición sexual es porque tiene miedo a la exclusión tanto en entornos laborales, familiares o educativos. Yo salí del armario en un momento en que ya estaba trabajando, nunca me lo planteé, pero no todos tienen la misma suerte y, probablemente, han vivido experiencias que no les han animado a hacerlo. Hay que crear entornos seguros para que las personas no oculten lo que son y se puedan sentir libres sin juicios ni perjuicios.

En Estirando el Chicle son mujeres sin pelos en la lengua hablando de sexualidad y de otros temas que antes eran tabú. Todas las invitadas son femeninas ¿Qué mensaje hay detrás?
La verdad ni nos lo habíamos planteado, ese no era el plan inicial pero surgió así. Hay mucha gente que no es ni consciente de que solo hemos invitado a mujeres, se fijan en las historias que cuentan nada más. Efectivamente ha terminado siendo un acto, llamémosle 'político', pero nació solo porque nos interesaba verdaderamente lo que hacían otras mujeres y para dar voz a otros perfiles ya hay más espacios.

En el programa le piden las bragas a la entrevistada. ¿Y esta prueba?
Nos dimos cuenta de que las bragas están muy sexualizadas y son un tema tabú. A pesar de estar en nuestro día a día hay que intentar que no se marquen, no se habla de ellas abiertamente... . Y se nos ocurrió pedir bragas a la gente para que nos contaran su propia historia y la verdad es que surgieron muchas. En tres temporadas cada braga ha contado algo diferente. Han tenido entrevistadas de todos los sectores, hasta políticas como Manuela Carmena. A Manuela la llevamos porque ya no se dedica a esto, pero a políticas en activo no las invitamos, es algo que acordamos Victoria y yo.

¿Qué invitada se les resiste?
Llevamos tiempo detrás de Amaia Montero y Mercedes Milá. Pero por cuestión de horarios no salen.

¿A cuál le encantaría entrevistar?
Me encantaría hablar con Las Virtudes. Fueron una pareja cómica muy importante pero están como invisibilizadas. Se habla mucho de Chiquito, Gila... Y seguro que Las Virtudes tienen mucho que contar y vivieron muchas dificultades, porque si las hemos tenido nosotras hoy en día por el hecho de ser mujeres, no me quiero imaginar ellas en su época.

Al recoger el Ondas, Victoria y usted dedicaron parte del discurso a las pringadas de la clase. ¿Y eso?
Es que lo fuimos (risas), entonces se lo dedicamos a las siguientes para que sepan que hay luz. Yo también fui la pringada de la clase y cuando lo eres piensas que el mundo se acaba ahí, pero no es así. Si pudiera echar la vista atrás le diría a mi yo del pasado que ánimo, que se puede encontrar tu espacio en el mundo, tanto en el ámbito profesional como personal y aunque parezca que no, hay gente con tus mismas inquietudes.

Hace doble parada en su tierra pues mañana [sábado] lleva al EMHU de A Coruña Estirando el Chicle Live.
Es un show en directo y vivir el contacto con el público es precioso. Además soy de A Coruña y estará toda mi familia. Va a ser uno de los mejores días de mi vida. Se dio a conocer con el nombre de Percebes y Grelos. ¿Arrepentida? Me lo puse con 18 años, casi sin pensarlo, eran dos palabras gallegas que me gustaron. En aquel momento me hizo gracia pero hoy prefiero ser Carolina, no puedo tener 30 años y ser adulta llamándome Percebes (risas).

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