"Para tomar buenas decisiones hay que tener claras las metas. La mía es meter a Leche Río en el top tres de las empresas lecheras más grandes de este país. Creo que lo conseguiremos", aseguró este martes Carmen Lence, Ceo del Grupo Lence, durante la inauguración del año académico de la Uned, evento en el que pronunció la conferencia El futuro es incierto, por eso debes crearlo.
Lence ofreció un retrato detallado del camino que la ha traído hasta aquí, sin eludir tropezones ni alusiones a las dificultades de los inicios. Recordó cómo, tras pasar una semana de vacaciones con su padre ya enfermo, regresó con sus hijos a Boston convencida de que le quedaba mucho tiempo, para verse semanas después asumiendo los mandos de la empresa tras su fallecimiento.
También citó las tres grandes dificultades a las que se enfrentó en los seis primeros meses al frente, haciéndose con el puesto, lejos de su familia, en pleno duelo y "con los periódicos preguntándose qué iba a pasar con Leche Río". La primera fue el hecho de que un competidor nuevo y grande se hiciese con su antiguo director de compras, un movimiento que se tradujo en "perder cien mil litros de recogida de leche diarios en los dos primeros meses". Recordó que eso, para una empresa láctea, significa que no se puede servir a todos los clientes como antes y que no se conserva suficiente materia prima para hacer frente a los gastos fijos.
La segunda fue la decisión de su hermana de no formar parte de la empresa familiar, lo que obligó a comprar su parte. La tercera fue tener que decidir si, ante la participación que tenía en supermercados Dia, y la entrada de un fondo de inversión en esa firma hacía una gran inversión o vendía ese 1% que tenía. "Vendí, lo que supuso una pérdida financiera de 13 millones de euros, lo que se tradujo en los periódicos como que Leche Río perdía esa cantidad en los primeros seis meses conmigo al frente. No es algo bueno para la autoestima", explicó.
Admitió que tras las dificultades de la pandemia y la recesión económica la empresa está ahora "bastante bien" e insistió en la necesidad de tomar decisiones con valentía e independencia.
En el acto también se presentó la memoria de actividad de la Uned en Lugo, que el año pasado prestó servicios a casi 7.800 alumnos y cuyos estudiantes del programa sénior subieron un 82,5%.
