Carlos Peiró: "Entre los hombres y las mujeres prevalecen todavía actitudes supremacistas, de poder"

Educar en la perspectiva de género es fundamental hoy en día. Así lo ve el psicólogo y mediador familiar Carlos Peiró, que esta martes ofreció una charla en el colegio Franciscanos sobre la nueva realidad en las relaciones afectivas

Carlos Peiró. XESÚS PONTE
photo_camera Carlos Peiró. XESÚS PONTE

LA FALTA DE EMPATÍA centró la conferencia que ofreció este martes Carlos Peiró en el colegio Franciscanos. El psicólogo habló de los nuevos modos de relacionarse entre los jóvenes y de la problemática de la violencia machista, muy presente hoy en día pese a los avances sociales de las últimas décadas.

¿Por qué es importante formar en la perspectiva de género en edades tempranas?

Porque mantienen posiciones un tanto peculiares. Tienen bastante ignorancia en relación con estos temas, no los conocen mucho y los pocos que lo conocen parten de un comportamiento muy ideologizado que no aporta excesivamente a la hora de resolver las cuestiones que se dirimen en las relaciones afectivas. No saben qué hacer con los celos, con situaciones de control, no saben hasta dónde deben ceder ante ese espacio propio del otro. Les cuesta saber dónde situarse y, los que lo hacen, siempre lo hacen desde posiciones ideologizadas.

¿A qué se refiere con posiciones ideologizadas?

Me refiero a actitudes un tanto radicales, de poca comprensión del otro, de falta de cierta empatía. Repiten planteamientos muy cacareados en los medios de comunicación.

¿Qué tipo de estereotipos están instalados hoy en día entre los más jóvenes?

No hay excesiva novedad respecto a generaciones anteriores, pero sí hay dos grandes núcleos llamativos. Uno es un planteamiento hipersexuado, en el que toda relación debe suponer un comportamiento sexual bastante abundante, promiscuo, que funciona un poco como punto de partida de la relación en lugar de ser el resultado final de una relación que se consolida. En segundo lugar, los patrones que desarrollan en las relaciones de género les impide identificar comportamientos discriminatorios o machistas. Por ejemplo, una chica se puede enfadar más por una opinión que por una acción machista de su chico. Es una cuestión de falta de preparación para relaciones de cierta profundidad.

¿Qué importancia tiene el lenguaje inclusivo en la lucha contra este tipo de comportamientos en las relaciones?

Yo creo que el cambio del planteamiento del que procedemos, que podemos calificar de machista, hacia un planteamiento no discriminatorio, debe fundamentarse en un cambio de mentalidad. Un cambio de lenguaje disimula
estos cambios, hacen ver como si  se hubieran conseguido ciertos logros, pero en realidad no está tan alcanzado ese cambio necesario de mentalidad. El lenguaje no tiene tanta importancia como el pensamiento o la mentalidad de la mayoría.

¿Por qué las nuevas generaciones son machistas? Se supone que con el paso de los años es un problema que debería desaparecer.

Hemos avanzado bastante en ámbitos sociales, económicos o estéticos, pero no tanto en la forma de relacionarnos los hombres y las mujeres. Prevalecen todavía modos supremacistas, discriminatorios, situaciones de exceso de poder, de abuso. Los profesionales debemos hacer autocrítica porque no hemos sido capaces de trasladar a la sociedad un tipo de relación más auténtica entre hombres y mujeres. Hay demasiada crispación, falta un modo de relacionarse más afectivo. Todavía no lo hemos conseguido como sociedad.

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