Cárcel para un lucense integrado en una red de tráfico de droga en Gijón

La banda, formada por 17 narcos, adquiría las sustancias en Galicia y las preparaba en Asturias, desde donde las distribuía. Uno de los cabecillas tenía esupefacientes por valor de 1,2 millones

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LUGO. Un lucense que formaba parte de una red de tráfico de droga asentada en Gijón fue condenado a tres años de prisión como autor de un delito contra la salud pública. El hombre, de 35 años, estaba integrado en una banda organizada de 17 narcos, todos ellos condenados a penas de entre tres y seis años de cárcel.

La investigación policial que permitió detener a estas 17 personas se inició a principios de 2013, cuando las fuerzas y cuerpos de seguridad detectaron un aumento del consumo de speed, anfetaminas y drogas de diseño en la ciudad de Gijón.

Las pesquisas llevadas a cabo por los agentes permitieron identificar la existencia de un grupo «perfectamente organizado y jerarquizado» que se dedicaba al tráfico de estupefacientes.

La red conseguía las sustancias en Galicia, fundamentalmente en Vilagarcía de Arousa, y más excepcionalmente en algunas zonas del sur del país. Posteriormente, las preparaban en Gijón y las distribuían en varias regiones próximas, como Cantabria y Castilla y León.

Los miembros del grupo se distribuían claramente las tareas, creando diferentes equipos. Unos se encargaban del aspecto financiero y recaudatorio, otros de la logística y almacenaje, otros de la manipulación y corte de la droga, y otros de su distribución y venta al por menor. El lucense condenado formaba parte de los distribuidores.

Tras varios meses de investigación, la Policía Nacional detuvo a los 17 narcos y registró sus domicilios, en los que encontraron drogas de todo tipo y en distintos porcentajes de riqueza. Entre las sustancias incautadas había MDMA, cocaína, anfetaminas, ketamina, lidocaína y resina de cannabis, así como gatos hidráulicos para prensar cocaína y otros útiles para manipular las distintas clases de droga que pretendían distribuir.

Los miembros de la organización también tenían en su poder diversas armas prohibidas, incluidas pistolas, puñales y armas extensibles.

El lucense, condenado a tres años, era comercial en Asturias. Le requisaron 12 móviles, anfetaminas y una defensa eléctrica

COMERCIAL. En concreto, en la vivienda del lucense -que trabajaba como comercial y tenía su domicilio fijado en la provincia de Gijón-, los agentes encontraron 15 gramos de anfetaminas, valorados en 634 euros; 500 euros en metálico guardados en una caja fuerte; doce teléfonos móviles; 28 tarjetas de telefonía; una báscula de precisión; un listado de sustancias utilizadas habitualmente para adulterar cocaína y una defensa eléctrica.

Uno de los cabecillas tenía a su nombre dos viviendas, en las que los investigadores requisaron diferentes tipos de estupefacientes. Las drogas intervenidas alcanzarían en el mercado ilícito un precio superior a 1,2 millones de euros. Este hombre, natural de Gijón, fue condenado a un total de cinco años de cárcel por un delito contra la salud pública y pertenencia a banda armada, y tendrá que abonar una multa de 1.233.762 euros.

El hombre que los investigadores calificaron como «principal miembro del grupo» delictivo fue condenado a un total de seis años y medio de prisión como autor de los delitos de tráfico de droga, pertenencia a banda armada, y tenencia ilícita de armas prohibidas.