La captación de fondos en el Campus Terra a través de proyectos de investigación parece ir dejando atrás la etapa más oscura de la crisis, cuando la inversión en I+D descendió notablemente, con el consecuente freno en la contratación de personal. Según datos aportados por el vicerrector de Desenvolvemente Científico e Tecnolóxico del campus lucense, Andrés Barreiro, en el trienio 2015, 2016 y 2017 se rozaron los 18 millones de euros a través de la actividad investigadora de los distintos grupos con sede en Lugo. Esta cantidad marca una amplia diferencia con los resultados del trienio anterior (2012,2013 y 2014), cuando se facturaron 15 millones de euros por este mismo concepto.
De hecho, el dato más bajo se registró en 2014, cuando se ingresaron 4,2 millones de euros en total a través de los proyectos conseguidos por los investigadores lucenses. Las cifras del último trienio sitúan al campus al nivel de ingresos por esta vía que tenía en el trienio 2009-2011, cuando obtuvo 17,6 millones de euros. En este intervalo temporal, aunque ya se había declarado la crisis económica, todavía se arrastraban proyectos que se habían conseguido en época de bonanza, dado que en muchas ocasiones son compromisos plurianuales, tal y como hace notar Andrés Barreiro.
CONTRATACIONES. La captación de ingresos por proyectos está directamente relacionada con la contratación de técnicos, investigadores predoctorales y postdoctorales, puesto que los grupos refuerzan su capital humano cuando obtienen encargos de I+D, aunque son contratos temporales que están sujetos a proyectos concretos y suelen zanjarse cuando estos acaban.
Según explicó Andrés Barreiro, el número de contratados en proyectos varió entre el centenar en las épocas de menos ingresos económicos y los aproximadamente 140 en los momentos de mayor captación de recursos.
En todo caso, Barreiro también señala que los investigadores tienen una cantidad de horas determinada para dedicar a esos proyectos y una vez que alcanzan ocupación para ese tiempo no pueden concurrir a ninguna convocatoria. "Cada investigador ten unhas horas de dedicacións aos proxectos; non é unha vía aberta que permita ter tantos proxectos como se queira", explica.
En cuanto a las bolsas predoctorales, líneas que conceden las distintas administraciones para ayudar a los estudiantes mientras realizan la investigación que darán pie a sus tesis doctorales, Barreiro señala que entre 2011 y 2017 siempre se ha mantenido una media cercana a las diez asignaciones para estudiantes del campus cada uno de estos años, salvo, de nuevo, el año 2014, cuando solo se consignaron dos. Sin embargo, antes de ese año las ayudas superaban la decena y en los años posteriores, se aproximan pero no llegan. En 2011 se lograron 12 becas predoctorales, en 2012, 13; en 2013, 11; en 2015, en 2016, 10 y en 2017, 7.
"O ideal é que houbese máis porque lle axuda a todos os grupos", explica Barreiro. "Sería perfecto que dende a Xunta sacaran bolsas predoutorais suficientes para que os grupos estabilicen xente investigando, á marxe de que poidan captar máis ou menos proxectos".