El caos en la Policía Local deja las calles sin agentes y amenaza el Corre con Nós

El pulso sindical con el gobierno por la RPT, las bajas y la jubilación de una veintena de agentes que provocan que solo haya una patrulla de día e impiden validar el plan de tráfico de la prueba, mientras proliferan los coches mal aparcados

La falta de previsión del gobierno local y el pulso que mantienen los sindicatos CSIF y CC.OO. con el ejecutivo municipal para tratar de aprobar la nueva Relación de Puestos de Trabajo (RPT) ha llevado a la Policía Local a una situación límite a raíz de la falta de un jefe, la proliferación de bajas médicas y la jubilación de una veintena de agentes que se acogieron al cambio de la ley. De hecho, la reducción de efectivos de una plantilla ya mermada en los últimos años ha acabado por dejar las calles sin apenas agentes -este martes por la mañana solo había disponible un coche patrulla con dos efectivos- y a poner en riesgo la celebración de pruebas deportivas como el Corre con Nós.

Según denunció este martes el concejal PP Enrique Rozas, la primera carrera de este circuito atlético prevista para el próximo fin de semana podría tener que suspenderse porque "no hay nadie que firme el plan de tráfico para dotar de seguridad a una prueba en la que participan más de mil corredores", comentó. Rozas insta por ello a la alcaldesa Lara Méndez a que "se marche", ya que dice que el "esperpento" que ha creado en la Policía Local es "la mayor crisis en materia de seguridad de la historia de Lugo".

El problema denunciado por el PP se debe a que el jefe de tráfico de la Policía Local también se jubiló y aún no hay sustituto, por lo que tampoco se están firmando nuevas autorizaciones de acceso de vehículos al casco histórico. Esta situación impidió hace unos días que un vecino consiguiese permiso para que un camión-cesta pudiese entrar a la zona centro para limpiar un canalón y fijar dos pizarras de la cubierta de un edificio que estaban desprendidas y que podían caer a la vía pública.

Mientras, muchos vecinos ya comienzan a protestar por la proliferación de coches mal aparcados en la ciudad por falta de vigilancia, una situación que se hace evidente a la hora de entrada y salida de los colegios.

Un padre denunciaba este martes que cada mañana tiene que pedir a los conductores que aparcan sobre una acera de la calle Río Neira, donde curiosamente se ubica la unidad de sanciones de la Policía Local, que retiren los vehículos para poder pasar con el cochecito de bebé. "O outro día chameinos e dixéronme que non tiñan ningunha patrulla dispoñible ata o cambio de turno", se lamenta este lucense, que asegura que la situación se repite a primera y última hora de la mañana. No muy lejos de allí, la calle peatonal Soto Freire también se convierte en un aparcamiento provisional durante las mañanas sin que haya ninguna patrulla que actúe. Además, muchos vehículos ya ocupan durante todo el día las zonas de carga y descarga, sobre todo en los barrios, como así se lamenta un autónomo que dice que cada vez es más difícil encontrar sitio para parar con su furgoneta.

PULSO SINDICAL. Pero si la jubilación de mandos y agentes motivada por la entrada en vigor de la ley que permite a los policías locales jubilarse a los 59 años es un problema que está afectando a todos los municipios que disponen de este cuerpo, en Lugo se han sumado más factores para provocar una situación caótica.

Así, la falta de previsión del gobierno local para prever las jubilaciones de los mandos ha sido aprovechada por los sindicatos CSIF y CC.OO. para iniciar un pulso con el ejecutivo que tendría como objetivo inmediato forzar la aprobación urgente de la nueva Relación de Puestos de Trabajo que pactaron con el ejecutivo y que prevé importantes subidas salariales para policías y bomberos.

El equipo de Lara Méndez asegura que se están cumpliendo los plazos y que está a la espera de informes de varios departamentos para poder aprobar la RPT en junta de gobierno. Sin embargo, los trabajadores municipales contrarios al documento convocaron protestas y una huelga de una semana en diciembre, mientras que los sindicatos policiales reaccionaron negándose a realizar refuerzos como otra forma de presión al gobierno.

La situación llegó al límite con la organización de la cabalgata de Reyes cuando la propia alcaldesa tuvo que acudir el día 5 a la sede de la Policía Local a ordenar a los agentes que permaneciesen en sus puestos para dar apoyo al desfile de la tarde. Esa decisión provocó que esa misma noche solo hubiese tres policías de guardia, que se tuvieron que quedar en el edificio sin poder cubrir los servicios demandados por los ciudadanos.