Caos en el leiraparking del Hula en el primer día de funcionamiento

Decenas de coches se quedaron secuestrados sin poder salir a causa de otros mal aparcados y algún gorrilla siguió cobrando en el recinto

La apertura del leirapárking del Hula fue caótica y compleja, con decenas de conductores sin poder mover su coche, gorrillas explotando la zona y los primeros problemas de un terreno que no casa bien con la zona.

Que su puesta en marcha era una noticia esperadísima lo prueba que estuvo lleno ya de buena mañana. De 9.00 a 13.00 horas es el período más complicado para encontrar aparcamiento en los alrededores del hospital porque es cuando, a los que acuden a visitar a pacientes o a recibir tratamiento, se suman los que van a consultas. Por eso, 360 nuevas plazas gratis y frente a la puerta principal suponen una muy buena noticia.

Sin embargo, el diseño del párking no ayudó a facilitar el aparcamiento ordenado. La única indicación de cómo colocarse son unas pequeñas tullas, arbustos mínimos que separan algunas de las zonas del párking. No está señalizada cada plaza, de forma que algunos conductores cuando vieron una hilera completa, simplemente aparcaron detrás, justo donde debieran haber dejado un espacio vacío, una zona de tránsito para que los coches circulen por el interior del párking.

Esto supuso que a media mañana, una treintena de vehículos permanecieran "secuestrados", sin poder moverse porque no tenían ningún espacio para maniobrar. Estaban encajonados por los cuatro costados por otros coches y, para salir, fue preciso que esperaran a que llegaran sus dueños. Como en el hospital muchos pacientes pasan varias horas, el caos no se redujo en toda la mañana.

Aunque hubo presencia policial y un coche patrulla circuló reiteradamente por el perímetro del hospital, lo cierto es que no resultó del todo disuasoria para los gorrillas. Al menos uno de ellos se aventuró dentro del párking municipal e indicó a los conductores qué espacio ocupar antes de pedir la voluntad. Finalmente, fue la presencia de las cámaras la que lo hizo desistir y abandonar la zona.

"LAMEIROPÁRKING". La lluvia constante que cayó durante toda la mañana sobre un terreno de arena pisada tampoco ayudó. Especialmente en algunos puntos, más que leirapárking se trataba de un lameiroparking y, de hecho, las quejas de usuarios fueron constantes. Aunque apreciaron disponer de esas nuevas plazas tan próximas a la entrada, reclamaron que se cambiara el firme. Algunos pedían que se asfaltase, algo que el Concello no puede hacer porque se trata de una finca rústica y el PXOM no lo permite.

También reclamaron que se mejorara la señalización para tener más claro dónde se puede y no se puede aparcar y cómo hay que colocar el coche para permitir el paso de otros. Igualmente, se pidió otro tipo de cierre, distinto a las frágiles tullas sobre las que algunos circularon sin contemplaciones.

Una mujer tuvo que pedir que remolcaran su vehículo después de meter la parte delantera en una tajea.

Comentarios