El cambio en los buses por obras en A Milagrosa causa un aluvión de quejas en el Concello

Suponen cerca de la mitad de las reclamaciones ante el Concello cursadas por los ciudadanos en el último mes

La obra en la Praza da Milagrosa obligó a variar líneas de bus. V.RODRÍGUEZ
photo_camera La obra en la Praza da Milagrosa obligó a variar líneas de bus. V.RODRÍGUEZ

El Concello de Lugo recibió en tan solo ocho días 14 quejas de ciudadanos debido a la alteración que se ha hecho de la línea de buses número 5 con motivo de las obras de peatonalización de A Milagrosa. Las obras comenzaron el lunes día 5 y entre esta fecha y el día 13, el área de Concello y cidadanía registró la entrada de 14 formularios, firmados por otros tantos ciudadanos, dando cuenta de los retrasos que sufre la línea debido al cambio de itinerario y las dificultades que eso les acarrea para realizar las tareas habituales de su vida diaria. Esta cantidad supone casi la mitad de las quejas incluidas en el último informe de este servicio, que recoge el período comprendido entre el 11 de octubre y el 13 de noviembre.

Aunque son tres las líneas que han sufrido modificaciones, la número 5 es la única que incrementa su trayecto, con un tramo adicional de 1.100 metros, de modo que da servicio también a Albeiros, según indicó el Concello en su momento. Con la remodelación, se eliminó la parada de la Praza da Milagrosa y se instaló una en la calle Alfredo Vila, frente a la Praza Agro do Rolo.

Según las quejas de los usuarios, el bus, cuya frecuencia es de una hora, va sumando retrasos a lo largo de la mañana hasta llegar en algún caso a cincuenta minutos, lo que hace imposible saber cuándo llegará a la parada. "Hace falta ser adivino para saber si ya ha pasado o todavía no", se explica en una de las quejas.

Especialmente afectadas son las personas que tienen su puesto en A Campiña y que, apuntan, si quieren entrar a tiempo tienen que coger un taxi

Varios ciudadanos señalan que dependen de este transporte para ir a trabajar y estos retrasos los obligan a llegar tarde a su puesto laboral. Alguno llega a admitir incluso que ya le han dado un toque de atención y que esas tardanzas ponen riesgo su permanencia en la empresa.

Especialmente afectadas son las personas que tienen su puesto en A Campiña y que, apuntan, si quieren entrar a tiempo tienen que coger un taxi. Los afectados aseguran que "no hay horario fijo y los conductores se saltan algunas vueltas". Para acabar con el problema proponen varias alternativas: desde acortar el trayecto del bus hasta habilitar una ruta alternativa o fijar un horario regular y asumible para cada parada.

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