El Concello ampliará las acciones de recuperación del barrio de O Carme, que lleva a cabo en su mayor parte dentro de la estrategia europea Muramiñae, y prevé reformar y peatonalizar la calzada que la atraviesa, desde la Ronda da Muralla hasta las proximidades de la Ronda do Carme.
La construcción de la llamada segunda ronda interrumpió la salida natural de la ciudad hacia el río que suponía la Calzada do Carme. Desde entonces, en esta calle, llegado un punto, el asfalto da paso a un sendero, que es la ruta jacobea oficial tras la delimitación del Camiño Primitivo que la Xunta aprobó en 2012, cuando descartó el que muchos estudiosos consideran el trazado original, por el Regueiro dos Hortos. Este arranca a mitad de la calzada a la izquierda y cruza en diagonal la zona do Carme para enlazar con la Calzada da Ponte.
El trazado oficial del Camino Primitivo discurre ahora por la Calzada do Carme en su totalidad, en vez de por el Regueiro dos Hortos"
La intervención que programa el Concello en la calzada comprende el tramo abierto de calle, que se renovará íntegramente, incluidos los servicios, y se peatonalizará. Actualmente, y debido a que la vía no tiene salida, es una calle que se utiliza fundamentalmente para aparcar, a ambos márgenes.
La degradación que sufre esta calzada histórica no se limita al pavimento sino que afecta a todo su entorno, a pesar de que lo emblemática que es, de su proximidad a la muralla y del patrimonio que tiene alrededor, como la capilla del Carmen y la sala museística Porta Miñá.
El Concello atajará parte de ese deterioro reformando el pequeño parque que hay al inicio de la calle, entre la muralla y la capilla. Confía en que esta medida ayude a disuadir la prostitución que se ejerce allí y en viviendas próximas desde hace años.
La rehabilitación arquitectónica es otra cuenta pendiente de esta zona, donde hay alguna casa perimetrada con cintas, que los conductores mueven para aparcar, debido al riesgo de desprendimiento de piedras.
En 2016, el Concello declaró en ruina seis edificaciones y dio orden de rehabilitación. Los propietarios habían pedido demolerlas, pero la Dirección Xeral de Patrimonio ordenó conservarlas debido a su singularidad y su proximidad a la calzada histórica. Los afectados recurrieron y el TSXG declaró anulables los informes de Cultura.
En este momento hay una edificación en proceso de rehabilitación. Otros propietarios aseguran que tienen dificultades para obtener licencias para restaurar los inmuebles.
El alto nivel de protección del terreno por la presencia de caminos históricos y de restos arqueológicos hace que ni siquiera los grandes promotores que fueron acumulando propiedades en esta zona próxima a la muralla se decidieran a desarrollarlas. Mucho menos los pequeños.
Según el PXOM vigente (2012), O Carme sigue teniendo una de las edificabilidades más altas de Lugo, asegura el arquitecto Ramón Cabarcos, presidente de la asociación vecinal recientemente creada y gran conocedor del barrio, al que dedicó un libro. Esa edificabilidad es inviable con los niveles de protección que tiene la zona, para cuyo desarrollo es necesario, además, la elaboración de un plan especial. Debe promoverlo el Concello en colaboración con los propietarios, pero no se han dado pasos. "A incertidume para os propietarios supera moito o razoable", afirma Cabarcos.
En la parte baja del barrio, al lado de la Ronda do Carme y de Noriega Varela, el Concello tiene una parcela donde hará un jardín en recuerdo de las víctimas del covid.
El Concello acondicionó caminos y elementos tradicionales en O Carme, aunque el PP señaló recientemente su deterioro. Además, dejará a la vista un trozo de cloaca romana y restaurará una casa para coliving de artistas.
