Una de las cafeterías de referencia del centro de la capital lucense, la San Marcos, que se encuentra en la calle del mismo nombre, dirá adiós el próximo martes, coincidiendo con la despedida del año.
Este cierre, tras 33 años de atención al público, se debe a que la dueña del negocio no puede afrontar, según advierte, la subida que la propiedad del inmueble le aplicará al importe del alquiler del local con la entrada del nuevo año. Hasta ahora pagaba una renta antigua. Una situación que ya han vivido otros establecimientos del centro de la ciudad.
La empresaria María Dolores Pena dejará ahora la hostelería porque se va a jubilar, aunque asegura que si no llega a ser por ese incremento en el precio continuaría unos años más al frente de este conocido negocio.
HISTORIA. Este establecimiento de hostelería, que cuenta con cinco empleados, abrió sus puertas al público en 1986 de la mano del empresario ya fallecido José Serafín Pena Souto, que fue concejal en el Concello de Lugo durante 33 años y parlamentario autonómico en dos legislaturas.
En el céntrico bajo que ocupa la cafetería San Marcos hubo antes una mueblería e incluso fue reformado para acoger una entidad financiera, que nunca llegó a instalarse.
Este establecimiento de hostelería, que abre de lunes a sábado de siete de la mañana a once de la noche, tiene un público fiel. Alguno de sus clientes lleva más de tres décadas acudiendo a diario a tomar café. Como es el caso de un grupo de siete amigas que comparte mesa a media mañana.
Este local que quedará libre a partir del día 31 se supone que tendrá muchos pretendientes por su céntrica ubicación y por su amplia y cómoda terraza.
