Un café con distintos acentos

De Mongolia, de Ucrania, de Honduras o de la República Centroafricana, a Lugo llegan cada semana refugiados que solicitan asilo en España. El domingo compartieron café en la iglesia evangélica Buenas Noticias

Encuentro en Buenas Noticias. VICTORIA RODRÍGUEZ
photo_camera Encuentro en Buenas Noticias. VICTORIA RODRÍGUEZ

Angélica tiene solo cinco meses, pero no para de moverse. Ella nació en Lugo, pero sus padres no. Sus padres, Rostik (27 años) y Viera (19), son ucranianos. Dejaron su tierra, siendo tan jóvenes, porque se negaron a vivir en un país donde una zona está en guerra con Rusia. Hace año y medio que llegaron a España y un año y tres meses que están en Lugo. De momento, ya aprendieron español como para empezar a defenderse. "Estamos acogidos con la asociación Accem y allí vamos a clases de español. La verdad es que estamos muy a gusto aquí y nos gustaría quedarnos a vivir en este país", afirma Viera, manejando un nivel básico del nuevo idioma.

Rostik, Viera y AngélicaA Rostik se le dan peor los idiomas. En Ucrania, se dedicaba a la educación física y trabajaba en gimnasios. En España, pretende formarse como entrenador personal para lo que va todas las semanas a un curso que recibe en A Coruña.

Viera trabajaba en su país de camarera y, de paso, hacía Secundaria en un instituto. Ambos decidieron marcharse de su país por el conflicto bélico que enfrenta, en una región del este, a Ucrania con Rusia. "Hay muchos chicos jóvenes que los secuestran y nosotros no queríamos vivir esa situación", señala esta pareja.

Rostik y Viera todavía no tienen muchos amigos en Lugo. El idioma es una barrera más añadida al cambio cultural. Sin embargo, la pareja tiene ganas de conocer a otros refugiados de distintos países, con otras vidas y otros problemas diferentes a los suyos pero que comparten una misma situación de intentar hacer borrón y cuenta nueva en una tierra, en principio, extraña.

La iglesia evangélica Buenas Noticias organizó esta actividad para favorecer el contacto entre refugiados de distintos países

Algunos de estos refugiados son atendidos por la iglesia evangélica Buenas Noticias, que ofrece asistencia a todos ellos desde el primer día de su llegada a Lugo brindándoles comida a través del Banco de Alimentos, ropa, trabajo y, sobre todo, una red social que los acoja.

"Atendemos a muchos refugiados. Sobre todo, de Venezuela, Honduras y El Salvador. De esos tres países, están viniendo ahora muchas personas a Lugo. Podríamos decir que, solo por aquí, pasan cada semana entre una y dos familias de El Salvador y de Honduras", afirma Ana Pérez Lozano, portavoz de Buenas Noticias.

La idea de organizar este café, que tuvo lugar este domingo en el local social de Buenas Noticias, era fundamentalmente poner en contacto a los refugiados de distintas nacionalidades para que no se sientan tan solos. "La mayoría viene con los hijos. Hijos que son ya adolescentes y que necesitan también integrarse en una red social para los jóvenes. En general, hacemos esto para que se conozcan entre sí unos y otros y favorecer su integración en su nueva vida en Lugo", resume Ana Pérez.

Rosario y RicardoRicardo y Rosario son otra pareja de refugiados pero, en este caso, ellos dos son de Honduras, están ya en su cincuentena y llegaron a Lugo con una hija adolescente. "Nos marchamos hace un año de Honduras. Primero, estuvimos en Barcelona dos meses y, luego, nos enviaron a Lugo. Pedimos asilo político y, gracias a ello, disponemos de tarjeta sanitaria. Estos papeles también nos permiten buscar un trabajo mientras esperamos por la homologación de nuestros títulos de abogados, lo que aquí en España lleva tres años", afirman.

Mientras tanto, sus vidas cambiaron como de la noche al día. Ambos, abogados, se forman ahora para desempeñar trabajos de un nivel mucho más bajo como atención sociosanitaria, en el caso de Rosario, o aprovisionamiento de almacén, en el de Ricardo. "Lo peor no es eso, lo peor es encontrar un empleo a nuestra edad, lo que aquí es muy difícil", dicen.

La mayoría es gente con carrera
Abogados, médicos, profesores o administradores de empresas. Estas son algunas de las profesiones de los refugiados centroamericanos que están llegando a Lugo para rehacer sus vidas.

¿Por qué vienen?
Más que por necesidad económica, vienen a España para huir de la extrema violencia que asola sus países, tanto la derivada de regímenes políticos como de las pandillas juveniles callejeras.

¿Cómo se adaptan?
Al principio, difícilmente. Dejan atrás amigos y familia y comienzan una nueva vida solo con lo puesto.

Espirales para entablar
Además de café, bombones, dulces y patatas fritas, los refugiados que acudieron a la cita con Buenas Noticias compartieron varias actividades cuya finalidad principal era entablar conversación con el vecino y conocerse. Una de ellas consistía en contestar preguntas a cambio de espirales de pasta.

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