Nueve de cada diez pymes gallegas sufren a diario ataques informáticos

La ciberdelincuencia contra operadores estratégicos del país se duplicó en 2017 con respecto al año anterior

Un periodista lee una información relacionada con ciberataques informáticos. SEDAT SUNA (EFE)
photo_camera Un periodista lee una información relacionada con ciberataques informáticos. SEDAT SUNA (EFE)

Nadie está a salvo de un ciberataque. Y no hablamos de usuarios de PC o de complejos servidores. El mero hecho de portar un móvil ya revela nuestra posición en cualquier momento del día. Y no digamos un smartphone, con la multitud de información que intercambia a diario.

Ningún pirata informático le hace ascos a la posibilidad de robar datos bancarios, colarse en un ordenador ajeno para aprovecharse de sus recursos o suplantar identidades en las redes sociales, pero su principal objetivo son las empresas, por una simple cuestión económica: cuanto mayor es el negocio, mayor será la rentabilidad del ataque.

Óscar Beiro, propietario de TICgal: "Cun investimento de 25 euros ao ano por equipo, pódense atopar solucións de seguridad bastante aceptables"

El informe Estado de protección de las pymes, elaborado por Panda Security —empresa líder en seguridad informática—, indica que el 91% de las pymes gallegas admite sufrir ataques informáticos cada día. Una de cada tres agresiones es en forma de troyano (software malicioso que invade el ordenador) y una de cada cuatro es spyware (programas espías que van recopilando información). Las empresas más pequeñas añaden haber sido víctimas de virus en general (el 36%) y spam (21%), sin aclarar el tipo de infección.

"Cantas máis fontes de información hai, canta máis tecnoloxía manexamos, máis aumentan os obxectivos e as tentacións para os hackers", explica Óscar Beiro, propietario de TICgal, empresa de seguridad informática radicada en Pontevedra.

"Internet pon a nosa porta ao alcance de todo o mundo. O xeito de como se blinde esa porta é cuestión de cada un. Os operadores teñen solucións, pero tamén están as empresas especializadas e os propios usuarios, que teñen na súa man ser máis ou menos precavidos", apunta.

WEBS Y MAILS INSEGUROS. Y es que muchos de los ciberataques llegan después de acceder a webs poco seguras (el 39%), seguidos de las descargas de programas desconocidos (23%) y del malware que se recibe por correo electrónico y que se contesta sin estar seguros de su procedencia (19%).

Por su parte, el Instituto Nacional de Ciberseguridad (Incibe) —el Gran Hermano de la red— calcula que cada día más de 100.000 equipos sufren un ataque informático en España. El cibercrimen es un negocio muy lucrativo que se está disparando: en 2017 el Incibe gestionó más de 123.000 incidentes (las alertas fueron muchísimas más), de los que la inmensa mayoría fueron a empresas y ciudadanos (116.000), pero sorprende que 885 lo fuesen a los considerados operadores estratégicos del país (centrales nucleares, aeropuertos, grandes entidades financieras...), pues supone duplicar la cifra del año anterior.

En esa estadística también destaca —por la actualidad de los hackeos de expedientes académicos— que más de 5.500 ataques se efectuaron a la Red Iris, integrada por las universidades y los centros de investigación nacionales. Una portavoz del Incibe puntualiza que "estos datos no implican necesariamente que ahora haya más ataques, sino que cada vez se alerta más y nosotros tenemos más capacidad para protegernos de ellos".

INVERSIÓN. La conciencia sobre este problema aumenta gradualmente entre los particulares y, sobre todo, las empresas, que comienzan a incluir la ciberseguridad en sus presupuestos anuales. Las cantidades varían en función del tamaño de la firma y del grado de protección deseado, aunque el 60% de las pymes no gastan más de mil euros al año.

"Unha solución bastante aceptable para unha empresa media rondaría os 25 euros ó ano por equipo. Iso incluiría bloqueo de aplicacións maliciosas, de ataques externos e do envío de información concreta, como datos bancarios", explica Óscar Beiro.

En resumen, la ciberdelincuencia crece exponencialmente pero aún son pocos quienes apuestan por blindarse antes de lamentar.

Comentarios