Buses a la carrera

Tras las quejas de usuarios por la velocidad del transporte urbano, el BNG dice que no se puede cubrir el recorrido en el tiempo previsto

Un bus urbano por la Ronda da Muralla. J.VÁZQUEZ (AEP)
photo_camera Un bus urbano por la Ronda da Muralla. J.VÁZQUEZ (AEP)

LUGO. El transporte urbano es uno de los servicios municipales que más quejas ciudadanas genera, ya sea por la impuntualidad de algunas líneas o por la velocidad excesiva a la que se dice que van algunos buses.

Además, en una reclamación analizada durante la última comisión municipal de quejas, un hombre denunció que un bus estuvo a punto de alcanzar a su mujer cuando transitaba por la acera, debido a una maniobra peligrosa realizada por el conductor.

El gobierno local aseguró que se investigarían estas quejas, aunque el grupo municipal del BNG quiso adelantarse y realizó un recorrido detrás del bus que cubre la línea 10, entre la estación de servicio San Rafael y la piscina de As Pedreiras, para comprobar cuánto tardaba en hacer el recorrido y si en algún momento el vehículo no respetaba los límites de velocidad.

El portavoz nacionalista, Rubén Arroxo, explicó que durante el trayecto no observaron ninguna infracción del conductor del bus, aunque dijo que sí pudieron constatar que, «a pesares de que foi un día con pouco tráfico, é practicamente imposible cumprir os tempos co deseño actual e esto leva a situacións de verdadeiro perigo nas rúas da cidade».

Arroxo añadió que también pudieron detectar que se acumula un retraso medio de 10 minutos en cada recorrido de la línea 10, que tiene un tiempo de 1 hora de tránsito y 54 paradas. Por ello, considera que «de non ser pola profesionalidade das persoas que conducen os autobuses e pola súa pericia, o retraso normal acumulado ao longo das 15 viaxes diarias acumularía 2 horas e media».

ESTRÉS. El portavoz del BNG considera que el hecho de tener que recuperar este tiempo somete al personal de la empresa de transporte a un «estrés que pode resultar perigoso para a circulación, pasaxeiros, peóns e para eles mesmos».

También asegura que los buses viajan «no límite do permitido», pero cree que dentro de un vehículo de esas dimensiones la sensación de velocidad es mucho mayor que en un coche. «Non entendemos como o goberno municipal permite esta situación e non é capaz nin de falar co restos de grupos da corporación para presentar as propostas de remodelación do servizo de buses», concluye Arroxo.