Lugo despidió con buen tiempo la Semana Santa, pese a que el Jueves y el Viernes Santo se vieron afectados por un nuevo temporal de lluvia, frío y nieve. Aunque las previsiones meteorológicas no eran nada halagüeñas, se prodigaron los turistas en la capital lucense, alcanzándose cotas muy altas de ocupación en los hoteles más importantes hasta el punto de que, en alguno de ellos, llegaron a estar todas las habitaciones ocupadas el viernes y el sábado.
Pese a que el balance, en general, fue positivo para los hosteleros, en algunos casos también se llegaron a cancelar habitaciones debido, precisamente, al mal tiempo.
La mayoría de los visitantes fueron, de nuevo, nacionales predominando este año, sobre todo, los procedentes de la vecina Asturias, aunque algún hotel registró entradas de grupos del País Vasco y de Mallorca, así como de moteros que venían de distintos puntos del país.
Las noches de estancia fueron, por lo general, dos, aunque también hubo casos de turistas que solo pasaron una y otros, los menos, que llegaron a estar hasta tres días y que vinieron, en principio, con la idea más de seguir las procesiones de una Semana Santa lucense que cada vez está alcanzando más prestigio fuera de Galicia, especialmente por la tradición que envuelve todas las procesiones.
De hecho, tras el cierre de las celebraciones religiosas, la corporación debate este lunes en el pleno la solicitud para que la Semana Santa lucense sea declarada de interés turístico gallego.
La estancia media de los turistas en la capital es de dos noches, especialmente la del viernes y la del sábado
El expediente para solicitar a la Xunta esa declaración ya está completado y el primer paso es el acuerdo que debe tomar la corporación municipal. El apoyo del Ayuntamiento, a priori, saldrá adelante en la sesión de este lunes.
A la votación se llega después de que solo tres grupos políticos participaran este domingo en los último actos: la procesión del Santo Encuentro, la misa de Pascua de Resurrección y el desfile de Cristo Resucitado.
En esos desfiles y en la misa la representación municipal estuvo encabezada por la alcaldesa, Lara Méndez, y hubo presencia también de otros concejales del PSOE, el PP y Ciudadanos.
Los actos arrancaron en la Casa Consistorial, de donde salió una enlutada Virgen del Rosario, patrona municipal. La comitiva, acompañada de la Banda de Música, se dirigió a la catedral, a cuya entrada se representó el encuentro de María con Jesús ya resucitado y se levantó el velo negro de la Virgen.
El obispo, Alfonso Carrasco Rouco, ofició la misa del Domingo de Resurrección y en su homilía puso en valor la tradición de esa celebración en Lugo, a la vez que recalcó la trascendencia que tiene esa fiesta para los cristianos.
Tras la ceremonia en la catedral, seguida por un número importante de fieles, salió la procesión del Cristo Resucitado, la última de la Semana Santa en la capital.
