La Borriquita vuelve a la calle entre mascarillas después de tres años a

La prevención sigue y la afluencia de público fue algo menor que antes de la pandemia ► Los ramos de laurel, que se vendían "por la voluntad", predominaban sobre las palmas
Bendición de Ramos, menos numerosa que otros años. SEBAS SENANDE
photo_camera Bendición de Ramos, menos numerosa que otros años. SEBAS SENANDE

Tres años después, ayer volvió a celebrarse el Domingo de Ramos en las calles de Lugo. Y, quizás por eso mismo, para no fallar a la tradición, el tiempo se portó y el sol ayudó a que los lucenses saliesen a la calle con dos objetivos: ver la procesión de La Borriquita y, de paso, cumplir con la tradición de bendecir el ramo.

Hubo gente, pero menos que antes de la pandemia. Mientras que otros años se podía ver la plaza de Santa María totalmente abarrotada de público, este domingo había huecos grandes pese a que la organización -quizás para evitar aglomeraciones- dividió el espacio en dos partes valladas dejando un paso central por donde el obispo, Alfonso Carraso Rouco, procedió a la bendición de los ramos.

La Borriquita, entre romanos. SEBAS SENANDE
La Borriquita, entre romanos. SEBAS SENANDE

Entre tanto, "la voluntad" era lo que pedían las mujeres, que se repartían en distintos sitios del centro con sus provisiones de ramos de laurel y olivo, algunos de los cuales quedaron en las calles cuando se acabó todo, listos para ser recogidos por el personal de Urbaser.

Una de estas mujeres reconocía haberle sobrado ayer más ramos que otros años. Entre otras cosas, porque, según dijo, la Policía no les dejaba ofrecer libremente su mercancía a la gente.

Los ramos eran, sobre todo, de laurel pero también los había de olivo. Las palmas, en cambio, eran minoritarias aunque se vieron innovaciones como algunas de color granate.

Entre palmas y ramos, era frecuente ver turistas, que posaban especialmente al lado de la catedral para dejar constancia de su paso por Lugo.

Los hebreos. SEBAS SENANDE
Los hebreos. SEBAS SENANDE

 

Por lo demás, la auténtica protagonista del día fue la procesión de La Borriquita y los niños y niñas que acompañan el paso, también llamado Entrada Triunfal de Jesús en Jerusalén. Un lancero romano abría la procesión escoltado por un grupo de tres soldados que tocaban la corneta; nueve, el tambor, y seis, el tamboril. Siete soldados más con lanzas intentaban marcar el paso al unísono. Tras ellos, La Borriquita. Y tras el paso, los hebreos, más pequeños que los romanos y acompañados, en su mayoría, de sus madres.

La procesión de La Borriquita de ayer contó también con una pequeña representación política municipal, solo del PP. Asistieron el portavoz, Ramón Carballo y las concejalas Beatriz Vázquez, Macamen López y Cristina Abades, las tres vestidas de negro, y el edil Rafael Pérez.

Por la tarde, tuvo lugar desde el convento de Franciscanos la procesión de la Virgen de los Dolores, organizada por la cofradía del Desenclavo, y en la que un grupo de mujeres salen vestidas de negro, con mantilla y peineta.

La Esperanza sale con la Armada
La procesión más numerosa de la Semana Santa lucense se podrá ver esta tarde, a partir de las ocho y media. La Esperanza saldrá a la calle acompañada de la Armada.

Recorrido
Partirá de A Nova y se dirigirá a la puerta del Campo Castelo, recorriendo parte de la Ronda da Muralla hasta Bispo Aguirre. Desde allí, la procesión llegará al Círculo, donde se recitará un poema. Continuará después por Clérigos, Pío XII, Catedral y Santa María. De allí, irá a Alférez Provisional y Praza Maior para volver a Ángel Fernández Gómez, donde se cantará la Salve Marinera y se rezará la Oración del Mar.

Armada
Por la mañana, a las doce y media, la alcaldesa, Lara Méndez, y el almirante de la Armada en Ferrol, Ignacio Frutos, pasarán revista a las tropas ante el Concello, donde será el Homenaje a los Caídos. Posteriormente, el almirante firmará en el Libro de Oro del Concello y la banda militar tocará en la Praza Maior.

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