Cada vez que llueve intensamente en Lugo, dos zonas de la ciudad se convierten en piscinas en las que se echan a nadar los coches. Son la avenida da Coruña y Fontiñas. La escena se repite siempre que pasa por Lugo un temporal. Este domingo, como otras veces, algunos conductores se atrevieron a cruzar calles totalmente inundadas en las que los vecinos y comerciantes se afanaban por limpiar los sumideros que, como siempre, se atascan cada vez que llueve.
También hubo inundaciones en Duquesa de Lugo, a la altura de la rotonda que va a As Termas, así como en la N- VI, más o menos enfrente del balneario —donde caía un torrente de agua procedente del parque Marcos Cela— y en O Ceao donde, en algunos momentos rodaban los contenedores empujados por el fuerte viento.
La ansiada lluvia llegó con un temporal y eso complicó mucho la jornada en toda la ciudad.
El episodio más peligroso se vivió en un pista cercana a la Protectora de Animales, donde un árbol se desplomó sobre un coche de la Policía, que acudía a la zona precisamente porque habían caído árboles que había que talar.
Además de acudir a talar árboles en Benade y Labio, los bomberos también retiraron una ventana de una buhardilla que se desprendió en la calle Santiago.
Hubo también problemas por bolsas de agua en la Calzada da Ponte, frente a la Casa das Cores, en el puente blanco y en la Ronda do Carme. En Agro do Rolo cayó una palmera y también se desplomaron ramas y un árbol en la pista que va al hospital de Calde.
►Más información en la edición impresa de El Progreso de este lunes◄