La Bolsera Gallega cerrará tras 82 años como papelería de referencia en Lugo

La familia propietaria del histórico negocio que nació en la Rúa Nóreas y pasó por varias ubicaciones hasta la actual, en la Rúa Castelao, se jubila y no hay relevo generacional

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photo_camera José Luis Pérez y Clara Morán, en La Bolsera Gallega. AEP

La filosofía de la histórica papelería lucense La Bolsera Gallega siempre fue ir un poco por delante de lo que el público demandaba, lo que le valió para ser un negocio de referencia más allá de las fronteras lucenses en muchos momentos de su larga historia. Sin embargo, el mundo ha cogido tal velocidad y el comercio ha cambiado tanto que Clara Morán y José Luis Pérez han decidido no alargar más el paso a la jubilación, cuya edad ya han sobrepasado. En los próximos meses pondrán fin a un negocio que tiene 82 años a cuestas y para el que no hay relevo.

Ellos son la tercera generación de una familia que comenzó en la Rúa Nóreas fabricando bolsas de papel para despachar alimentos que entonces se vendían a granel, como café y legumbres. El papel nunca dejó de usarse en ámbitos como el de la panadería y volvió a tener una época dorada con el movimiento ecológico, pero el carácter emprendedor de Clara y José Luis les llevó a ir incorporando nuevos servicios, algo que ya habían iniciado los fundadores, con material escolar y de oficina.

La empresa nació como fábrica de bolsas de papel en la Rúa Nóreas y se transformó en papelería y tienda de regalos, con marcas exclusivas

En 1990, la bolsera sumó el apellido Centro Comercial de Papelería y se trasladó a la Ronda da Muralla, convirtiéndose en una las primeras papelerías autoservicio de Galicia. En 1993, la firma abrió una tienda especializada en regalos en la calle Bispo Aguirre, y en 2010, en plena crisis económica, el matrimonio unificó los dos establecimientos en el amplio local de la Rúa Castelao del que pronto se despedirán.

Lo hacen con la "tristeza" de no poder decir adiós a una actividad que tanta satisfacciones les dio en un momento mejor. A la incertidumbre y las dificultades económicas que suponen para todos los ciudadanos la crisis sanitaria, aún no resuelta, la guerra en Europa y la escalada de precios consecuencia de ambas, se suma un centro urbano que pierde población y actividad comercial.

"La gente no quiere complicarse la vida, no quiere meter el coche en un párking salvo para algo imprescindible", afirma José Luis. Como otros comerciantes, opina que los cambios que se están haciendo en la movilidad del centro perjudican a este y ve necesario más apoyo público, aunque no obvia otras dificultades, como los precios de los locales. Tampoco el impacto que tiene la venta a través de plataformas como Amazon, que se multiplicó durante la crisis y no tiene vuelta atrás.

La satisfacción que les queda a los herederos de La Bolsera Gallega es el cariño que en su despedida están recibiendo de clientes y de vecinos de Lugo y el sentimiento del deber cumplido.

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