Boda por Facebook y solo para convivientes

"Al final fue una boda de las que no se olvidan", dice una pareja casada el sábado 
Los novios a su salida de la iglesia. XESÚS PONTE
photo_camera Los novios a su salida de la iglesia. XESÚS PONTE

"Yo era la que no se iba a casar nunca y al final he tenido una boda única, de las que no se olvidan y que no tiene nadie más: en estado de alarma y en una ciudad con cierre perimetral". Lo decía este sábado Azucena Pérez, que contrajo matrimonio con Bernardo Martínez en la iglesia del Buen Pastor.

La pareja había programado su boda inicialmente para el 4 de abril y tuvieron que aplazarla por el confinamiento. Al final fijaron nueva fecha para el 31 de octubre y, pese al nuevo estado de alarma, decidieron seguir adelante. "Estaba en la peluquería y todavía no me creía que fuera a ser posible", contaba este sábado Azucena. Pero sí, hubo boda e incluyó algunos clásicos, como que la novia llegara tarde a la iglesia.

La pareja decidió mantener la ceremonia pese a la situación, entre otras cosas porque el 4 de noviembre caducaban sus capitulaciones matrimoniales. Y la que toda la vida dijo que ella no quería casarse, ahora quería hacerlo, y por la iglesia. La razón es que su madre murió hace un par de años y entre sus cosas aparecieron unas arras con una nota que decía que eran "por si alguna vez se casa Zuqui, que es como me llamaba", contaba la novia.

La pareja programa una comida con sus invitados a finales de mayo, cuando quieren aprovechar para bautizar a su hija

Así que la boda de este sábado fue distinta, pero muy emotiva. "En espíritu, estuvimos muy acompañados", contaba la novia. Eso sí, la ceremonia se atuvo a las normas, ya que solo asistieron convivientes. Además de los novios, estuvieron la madre del novio y un hermano y una sobrina de la novia. Viven todos juntos en Lugo.

La ceremonia que tenían prevista inicialmente iba a ser numerosa, ya que iban a llegar familiares y amigos de Ourense, de Asturias, de Valladolid, Madrid o Toledo, entre otros lugares. Los invitados no pudieron al final estar en Lugo, pero no se perdieron el enlace, porque la pareja lo retransmitió por Facebook. Desde casa, los familiares y amigos siguieron el acto vestidos de boda y haciendo brindis y fotos, que compartieron por las redes sociales.

In situ, la sorpresa la dieron un grupo de amigos que se presentaron en la iglesia para tirar arroz a la salida de los novios. Tras ese breve lapso de ‘normalidad’, la pareja y sus tres acompañantes de dirigieron al Torre de Núñez, donde celebraron una comida de bodas atípica.

Su esperanza es celebrar un banquete con familia y amigos el 29 de mayo. "A ver si esta vez atinamos con la fecha, porque se supone que entonces habrá acabado el estado de alarma", decía este sábado Azucena. Esa ceremonia será especial, y no solo por recuperar todo lo que no pudo ser este sábado, sino porque ese día celebrarán también el bautizo de Antía, la hija que esperan en estos momentos.

Los familiares y amigos siguieron la ceremonia a través de las redes sociales vestidos de boda y haciendo brindis

Azucena está embarazada de cuatro meses y con la pequeña quieren recuperar los que eran sus planes iniciales de boda, con un toque muy romano, ya que ella forma parte del grupo de recreación Las Asamblearias y Bernardo aspira a sumarse al grupo Senadores de Lucus Augusti. Así, en la cita de mayo en el Torre de Núñez estará una Antía que llegará bautizada de la iglesia para a continuación ‘bautizarse’ del espíritu del Arde Lucus.

Mientras miraba al futuro y a esa reboda, la pareja disfrutaba este sábado de su día, tan especial y tan atípico a la vez. Tras meses de espera para casarse, sortearon todas las dificultades y Azucena incluso se pudo vestir sin problemas el vestido de novia que había elegido. Pese a sus cuatro meses de embarazo, en estos meses perdió peso y, con un pequeño arreglo, el vestido le quedó como un guante.

Comentarios