"Bebín en canto regato atopei e nunca unha infección collín"

Mañá, 22 de marzo, Día Mundial da Auga
Lavando xuntas no río
photo_camera Lavando xuntas no río

O 14 DE marzo de 1903, Mariano Belmás Estrada trae a auga ao centro de Lugo.

Dos xornais

Ao balneario de Frádegas, que pechou entre o 1955 e o 60, viña xente de toda Galicia. De Pontevedra viñan moitísimos, ricos e menos ricos, homes e mulleres, para os tratamentos de cinco, sete ou nove días. Nos veráns, lembro ata trinta ou corenta persoas durmindo en colchóns. A auga de Frádegas é sulfurada, bicarbonatada e fluorada sódica, cunha temperatura de 18 graos. Para tratarse con ela viña sobre todo xente con reuma, algúns con indicacións do médico, outros por iniciativa propia. Había chorros, duchas e baños. Coñecín pacientes que chegaban sen poder andar e marchaban camiñando.

Eladio Vázquez Serén / Santa Mariña / Antas de Ulla

En las fuentes solía haber un sitio alto para posar la sella y desde allí poder cargarla en la cabeza, con la rodela debajo. También se ayudaban unas a otras, igual que cuando ibas a por verdura a la huerta, que también le pedías a alguien que te ayudara a subir la cesta a la cabeza.

Antonio Eugenio Castro González / Lugo

Nos montes de Prevesos achei un manancial con capacidade para abastecer máis de 600.000 litros de auga á hora. Levo atopados máis de vinte mananciais nos concellos de Castro de Rei, Cospeito, Pol... e todo con este péndulo. Teño un fillo e ao mellor faille falta esta sabedoría para o futuro. Os poceiros buscan a agua con varas de salgueiro, pero eu sempre o fixen con este péndulo de mercurio.

Matías Valiña Teijeiro / Castro de Rei

Recuerdo tener electricidad desde siempre, sin embargo el sesenta por ciento de las casas de la calle del Sol o de San Froilán, y estoy hablando del centro de Lugo, no teníamos agua corriente y mi madre iba a la fuente de San Fernando a buscar el agua en la sella. Yo también iba a buscarla con un garrafón. Empecé por enterarme quién era la dueña de la casa. Averigüé que era una señora que le llamaban Melondra. Me enteré dónde vivía y sin pensarlo dos veces, un domingo me encaminé a verla, sin decir nada a mi madre ni a mis dos hermanas. Vivía en un chalet cerca de San Roque con su hija, casada con un farmacéutico de Lugo. De una manera seca, pero educada, me preguntó quién era yo. Le respondí que mis padres llevaban el alquiler de la buhardilla de San Froilán 14, que mi padre había muerto hacía dos meses, y que yo quería que nos pusiera agua corriente para liberar a mi madre de ir con la sella a la fuente de San Fernando. Para ello yo estaba dispuesto a aumentarle 15 pesetas mensuales la renta. Se levantó y me dijo, muy bien, estoy de acuerdo.

José Guerrero / Lugo

Fuentes, sin agua, fuentes olvidadas, fuentes desaparecidas, como la Fuente del Río, en la calle Los Hornos, hoy plaza de no se sabe qué, lugar de reunión de tantas familias, que a veces era necesario guardar turno para llenar el cubo, porque había casas que carecían de ese preciado líquido. Auga Doce, manantial que brotaba de una roca, en las inmediaciones de Pena Furada, y que servía para calmar de sed a paseantes y a mis abuelos, Venancio do Dios y Severina, que cultivaban las tierras en el interior del Castillo, hoy Forte de S. Damián, y a tantas familias que se abastecían, para aquellas comidas y meriendas que en verano se celebraban en los eucaliptos, todavía en pie, a pesar de que muchos intentaran cortarlos.

José María Sanjurjo Peña / Ribadeo

As mulleres eran o centro vital de todo e aínda hoxe o son. Ía coa miña nai a lavar ao río cando había roupa de certo tamaño, sabas e esas cousas. Carretábanas nunha tina grande e ía ata o río. Levábanas na cabeza. Aínda recordo que as mulleres levaban a sella e ían a por auga á fonte e traían a sella na cabeza, cun equilibrio perfecto, o que lles daba un tipo moi esvelto e bonito. Baixaban ao río, lavaban alí a roupa e volvían con ela na cabeza toda mollada, que pesaba a demo maior e tendiana por alí.

Paco Martín / Lugo

Moi perto dela había unha fermosa fonte de pedra. Valeume moito beber, nos días infantís, desa segunda e definitiva nai. Dela saían dous pitorros de bronce, con auga sempre corrente, da que chuchei moito.

Francisco Fernández del Riego / Vilanova de Lourenzá

Cuando entré yo en la Alcaldía se daban dos horas de agua durante las 24 de cada jornada; además sólo llegaba a las plantas bajas; había necesidad apremiante de agua y una vez más tuvimos que recurrir a procedimientos extralegales. Necesitábamos una maquinaria que no se podía comprar en España; había que ir al extranjero y utilizar fórmulas para su adquisición distintas a las habituales; antes de que la empresa suministradora iniciase la fabricación de la máquina había que depositar en un banco el importe de su valor; pero en nuestro presupuesto no estaba prevista esta inversión, a pesar de que teníamos el dinero; así las cosas reuní a la Corporación y a los funcionarios responsables, y tomamos la decisión de extraer de Caja el dinero necesario; esto no era legal, pero había que hacerlo; moralmente estábamos en la obligación. Compramos las máquina y el Servicio de Aguas, poco después, empezó a funcionar a tono con las necesidades de la ciudad.

Manuel Portela Nogueira / Lugo

Como no existía servicio contra incendios, se formaban equipos para extraer el agua de los pozos más próximos y se organizaban cadenas humanas para pasar de mano en mano los cubos de agua. Recuerdo que en un incendio, por encontrarse los pozos relativamente lejanos, las cadenas eran de más de cien hombres.

Luis Macía Vázquez / Sarria

Las mujeres maravillosas de aquellos años no tenían a su alcance la comodidad de los electrodomésticos actuales, así que a la hora de la colada tocaba el lavadero del pozo más cercano, o bien el arroyo de Pumares o nuestro querido río Sil. Las que vivían en Outeiro tenían la suerte de tener cerca las aguas templadas de la Fuente de la Plata situada en camino que nos lleva hacia la iglesia, aguas que aún hoy en día se pueden degustar. En las charcas que se usaban para regar las huertas, que hoy en día, qué pena, no existen o están ocultas, nuestras queridas mujeres que llegaban hasta allí con la tina en la cabeza y la tabla de frotar la ropa apoyada en la cadera se ponían a restregar la ropa, para luego ponerla al clareo mientras se contaban unas a otras las últimas novedades de los acontecimientos de San Clodio y su zona e incluso los mundiales.

Pablo da Ribadavia / San Clodio

O fregoteo era cousa das mulleres pois os homes, torpes que somos, aínda non aprenderamos. E como o xabón tardou en vir, nada mellor que fregar coa cinsa da lareira, un deterxente insuperable…, e barato, que tanto servía para as cuncas como para a roupa branca!

Xosé María Gómez Vilabella / Castroverde

A contaminación non se coñecía, o aire estaba puro, a auga da fonte e dos regatos valía toda para beber; só tiñas que mirar que non fora auga parada. De feito antes de beber en calquera regato dicías: «Auga corrente non mata á xente» e poñíaste a beber tanta auga como sede tiveras. Bebín en canto regato atopei e nunca unha infección collín.

Mercedes Cachaza Platas / Guitiriz

Comentarios