El barrio de A Tinería tiene 26 edificios pendientes de rehabilitar y 10 en ruina

La Xunta recuperó 35 inmuebles, en los que habilitó 85 viviendas, aunque la prostitución de día mantiene inactiva la actividad comercial y solo la hostelería aguanta como negocio

A Tineria. MARÍA BASCUAS.
photo_camera A Tinería. MARÍA BASCUAS

Es la una del mediodía y la actividad comercial en las calles del barrio de A Tinería se limita al deambular de una decena de prostitutas en busca de clientes, varias de ellas a la puerta de bar Asturias, el único local hostelero que abre durante todo el día. De hecho, los bares y los establecimientos hoteleros de la zona son los únicos negocios que logran dar algo de vida a un barrio que ha tratado de ser repoblado con las rehabilitaciones proyectadas desde hace una década por la Xunta.

La recuperación de los inmuebles se frenó por la crisis y aunque tanto la Xunta —que recuperó 35 edificios y habilitó 85 viviendas— como la iniciativa privada han cambiado la imagen de un barrio que comenzó el siglo muy degradado, todavía se pueden contar hasta 10 inmuebles en ruina y 26 pendientes de recuperación, en la mayoría de los casos cerrados y deshabitados.

La Xunta ya avanzó que seguirá recuperando el barrio, aunque el ritmo no es el mismo que el de hace una década. De momento se actuará en dos edificios, los números 15 y 30 de la Rúa Tinería, donde las obras supondrán una inversión de casi 900.000 euros. También se asegura que está comprometido otro millón para recuperar dos inmuebles más de Recanto do Miño, los número 11-13 y 17, junto a uno de los accesos peatonales a la muralla y en una de las partes ahora mismo más degradadas del barrio.

El Concello también anunció hace una semana que actuará de forma subsidiaria para recuperar al menos la estructura de dos edificios ahora mismo en ruina, los números 4 de Rinconada do Miño y Rúa Tinería. El proyecto para este último acaba de ser encargado a la empresa municipal Evislusa, que se hará cargo también de las obras. El gobierno local toma esta iniciativa después de no haber podido dar con los herederos de la última propietaria del inmueble, que falleció en 1967.

La recuperación de estas casas en ruina no solo es precisa para garantizar la seguridad de los viandantes, sino también para evitar problemas a los edificios colindantes, afectados por la humedad que provocan las filtraciones procedentes de esos inmuebles, que en muchos casos ya ni siquiera tiene cubierta.

Otras calles con inmuebles ruinosos son la Rúa Falcón, el Carril do Moucho y la Rúa Catedral, en la confluencia con la Praciña da Universidade. En esta última vía hay una edificación sin ni siquiera cubierta, aunque otras cuatro en su entorno están sin rehabilitar y en algún caso con la fachada con barriga.

El estado de estos inmuebles demuestra que la situación social en la que se encuentra el barrio sigue sin despertar el interés de la iniciativa privada por continuar con la recuperación de edificios y prueba de ello es que no hay ni una grúa instalada en la zona.

BAJOS COMERCIALES. La iniciativa emprendedora también es simbólica, a pesar de que desde algunos partidos e instituciones se apuesta por facilitar la instalación de artesanos en los bajos comerciales rehabilitados por la Xunta. Sin embargo, de la veintena de locales que posee el IGVS, solo están ocupados una decena, mientras que once se pretenden poner a la venta a través de una subasta, una iniciativa que está ahora parada a petición de una asociación de vecinos, que teme que acaben siendo utilizados como almacenes en lugar de servir para dinamizar el barrio.

Otras iniciativas acabaron abandonándolo y alguna otra lucha contra los condicionantes de la zona, aunque en los últimos meses se instaló en la Rúa Tinería una empresa de cerveza artesanal, mientras prepara su apertura una distribuidora de productos gallegos especializada en vinos.