Como cada año por estas fechas, los estorninos han hecho un alto en su viaje para alimentarse y descansar en Lugo.
Las bandadas de cientos e incluso miles de ellos ya son visibles en los cielos de la ciudad, que llegan a oscurecer a su paso, sobre todo en los alrededores de los parques y las zonas arboladas, donde duermen.
Estos días los efectos son especialmente molestos en el parque Rosalía, la zona favorita de los estorninos una vez que se han encontrado con los árboles podados en Ramón Ferreiro, otro de sus destinos habituales. También suelen pernoctar en el parque de Frigsa.
Su presencia temporal en la ciudad suele causar protestas por la suciedad que dejan en las zonas donde duermen.