Un lucense alquiló en diciembre por 350 euros al mes un piso prácticamente nuevo en la Avenida de Madrid, en la zona de Augas Férreas, y desde entonces acumula facturas impagadas. Los inquilinos se han convertido en okupas y ahora le exigen 4.000 euros por dejar la vivienda libre.
La víctima es nueva, pero no el modus operandi y Francisco Ojea, de la empresa de desokupación Mi Casa no es la Tuya, asegura que los extorsionadores son parte de una banda rumana que lleva mucho tiempo operando en Lugo. Son los mismos, dice, a los que su empresa logró ya echar previamente de viviendas de las calles Santo Grial o Illas Canarias.
Explica que actúan siempre igual, presentando contratos de trabajo y nóminas que son falsas, para convencer al propietario de que van a pagar. Al firmar el contrato abonan la fianza y el primer mes de alquiler y a partir de ahí ya no vuelven a pagar nada.
Ojea cuenta que el propietario cometió un error añadido: no obligó a cambiar la titularidad de los recibos, con lo que le están llegando a él las facturas de la vivienda y suma ya un gasto de 1.800 euros de agua caliente y calefacción.
El piso tiene dos habitaciones, pero viven en él entre seis y diez personas y el dueño teme que, además de dejarle un agujero económico, le destrocen también la vivienda.
La banda, asegura Ojea, se dedica a otros negocios sucios en Lugo, incluidas operaciones de compra-venta de coches.
