Un animado domingo en el Hula

La inmunización del tramo de edad de entre 30 y 39 años arrancó este domingo con la citación masiva de unas 6.500 personas en los tres hospitales públicos lucenses, 4.000 de ellas en el de Lugo

HULA. INICIO VACUNACION FRANJA DE EDAD 39-30 AÑOS.
photo_camera Un lucense recibe la primera dosis contra el covid mientras otros esperan su turno, este domingo en el Hula. SEBAS SENANDE

"Nótase que é xente nova. Veñen máis animados cós maiores". Una enfermera resumía así la viveza con la que acudía este domingo al Hospital Lucus Augusti (Hula) la primera hornada de lucenses del grupo de edad de 30 a 39 años que estaba convocada para inmunizarse

Entre las ocho de la mañana y las nueve de la noche tenían cita unas 4.000 personas de entre 37 y 39 años, otras 1.400 en el Hospital Público da Mariña, en Burela, y un millar más en el de Monforte de Lemos

A la una del mediodía, con una organización elogiable, ya habían pasado por la cuarta planta del hospital de la capital lucense 1.789, casi 200 menos de las que lo tendrían que haber hecho antes de esa hora. 

"A medida que baje la edad, van a fallar más", precisaba otra enfermera, que aseguraba que las autoridades sanitarias ya les han advertido de que se registrará ese absentismo. 

Vanesa Montes: "Vacínome por min e polo meu fillo, dun mes e medio. A miña irmá, que lle queda unha semana para dar a luz, vai esperar"

La avalancha de pacientes para recibir esa primer dosis se produjo este domingo entre las once y las doce y media de la mañana. "De oito a dez veu pouca xente. Quixeron durmir", bromeaba una profesional, que le pedía a una paciente a la que acaba de atender que le pusiese "boa nota" cuando respondiese al periodista. A lo que esta asintió.

La mayoría de los citados acudían con el código de barras en su teléfono móvil, lo que agilizaba el proceso. En el hall, por si había algún despistado que no se topase de bruces con una cartel informativo, una sanitaria indicaba a los pacientes que tenían que subir a "la última", la cuarta planta, para vacunarse. 

TESTIMONIOS. Aunque sea domingo, la conciliación familiar a veces no es posible. Vanesa Montes acudió empujando un carrito de bebé con su hijo de un mes y medio de vida a bordo, Hugo. 

Su primogénito fue una de las razones por las que esta lucense acudió al Hula. "Vacínome por min e polo meu fillo", aseguraba. Sin embargo, reconocía que le surgirían dudas sobre demorar o no esa cita si le hubiese coincidido en pleno embarazo. "A miña irmá, que lle queda só unha semana para dar a luz, vai esperar", explicaba. 

Cándido Paz: "Mi mujer y mis padres ya lo están. Yo estaba más preocupado porque no me vacunaran que porque me la pusieran"

Otra mujer, Enma Rodríguez, se declaraba defensora de la bondad de la inoculación para combatir la pandemia. "Eu son das que di si ás vacinas. Se viaxo, póñomas cando é preciso. Xa me tardaba que ma puxeran", aseguraba. 

Los que aguardaban en la sala de espera los 15 minutos de rigor tras recibir la inyección coincidían en destacar más la importancia que tiene estar inmunizados para dejar atrás estos 16 meses de pesadilla que en pensar en los efectos secundarios que en los efectos secundarios que pueda tener. Algunos pacientes incluso levantaban la mano y hacían la señal de victoria después de recibir el pinchazo y contados quisieron inmortalizar ese momento con un selfi. 

"Xa tiña gana. A ver se xa estamos todos vacinados e saímos disto adiante, que é o que fai falta", afirmaba en los pasillos del Hula José Luis Vila

Otro lucense que acudía a recibir la primera dosis, Cándido Paz, señalaba que "estaba más preocupado porque no me vacunaran que porque me la pusieran".

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