Tres enlaces a estudio para una zona sin un kilómetro de autovía

Autovías: en 10 años se abrió solo un tercio de los kilómetros previstos

Fomento tiene en Lugo 250 kilómetros de vías de alta capacidad, pero está comprometida la construcción de 190 más ► El enlace con Santiago no se prevé acabar hasta 2021, casi 30 años después de que el ministro Borrell anunciase el primer estudio
Tramo de la A-54
photo_camera Tramo de la A-54

Un mes de febrero del año 1996 los lucenses estrenaban sus primeros kilómetros de autovía entre Nadela y Outeiro de Rei, Se empezaba a cumplir la promesa a la que había llegado en 1991 el ministro socialista Javier Sáenz de Cosculluela con el entonces presidente de la Xunta, Manuel Fraga, para romper el aislamiento de Galicia con la Meseta y acabar con el agravio al que el Ministerio de Obras Públicas —que Aznar rebautizó como de Fomento— había sometido a gallegos y lucenses.

Sin embargo, la Autovía del Noroeste no llegó a abrirse por completo hasta 2002, acumulando un retraso de siete años en la finalización de la primera vía de alta capacidad que tuvo la provincia, una dinámica que continuó repitiéndose en las siguientes décadas. De hecho, once años después de abrirse los primeros tramos, la provincia solo contaba con esos 114 kilómetros de autovía A-6 que atraviesan Lugo entre Pedrafita y Guitiriz, a pesar de que ya había proyectados cuatro veces más.

Desde entonces y con seis autovías programadas por Fomento con tramos en la provincia de Lugo, el ritmo de construcción de estos proyectos siguió siendo caribeño y ni siquiera durante los años de bonanza económica este ministerio, que llegó a estar dirigido por un lucense primero y por una pontevedresa después, fue capaz de dar un impulso decidido, de tal forma que desde 2007 solo se han abierto una tercera parte de los kilómetros de autovía programados. Así las cosas, a día de hoy Lugo cuenta con poco más 250 kilómetros de vías de alta capacidad abiertos, de los que 114 corresponden a la A-6; 87 a la Transcantábrica, entre Ribadeo y Baamonde; 13 a la AG-64 (Ferrol-Vilalba), entre la capital chairega y Cabreiros, y 38 de la A-54 a Santiago, entre Nadela y Palas de Rei.


Con la nueva década comenzaron las licitaciones y las primeras obras, pero apenas hubo tiempo para muchas alegrías por culpa de la crisis


De los proyectados y prometidos por los distintos ministros que ocuparon la cartera de Fomento, quedan por tanto pendientes de abrir casi 190 kilómetros, que se corresponderían con los 6 kilómetros de la autovía de Santiago hasta el límite con la provincia de A Coruña; los 55 de la A-55 a Ourense, entre Guntín y el límite de la provincia ourensana; los 37 de la A-72 entre Chantada y Monforte; los 55 de la A-76 Ourense-Monforte-Ponferrada, entre Os Peares y Figueiredo-Ribas de Sil, y los 33 kilómetros de la A-74 de A Mariña, entre Barreiros y San Cibrao.

Un cuarto de siglo de espera por un enlace rápido con Santiago
Lugo cuenta desde hace 20 años con conexión por autovía y autopista con Santiago, aunque ello supone recorrer treinta kilómetros más que por el trazado más directo, a través de Palas de Rei y Arzúa, y pagar 5,6 euros de peaje si se usa un vehículo ligero.

Lugo es por tanto a día de hoy la única ciudad gallega que no dispone de un enlace rápido y directo con la capital de Galicia, a pesar de que ha pasado un cuarto de siglo desde que el entonces ministro de Obras Públicas José Borrell anunciase los primeros estudios para la construcción de una autovía entre Lugo y Santiago.

Las primeras obras, del tramo entre Compostela y Lavacolla, tardaron cuatro años en comenzar y fueron inauguradas en 1999, aunque los siguientes trazados fueron abiertos casi 17 años después, lo que demuestra la falta de interés por parte de Fomento en impulsar una autovía que se proyectó para vertebrar también el interior de Galicia y ofrecerle una conexión rápida hacia Madrid a través de la autovía del Noroeste.

Pese a haber sido incluida en la lista de promesas del Plan Galicia que se ofreció en 2003 para compensar el desastre del petrolero Prestige, la A-54, que estaba previsto que se finalizase en 2010, no solo quedó solapada por otros proyectos del ministerio sino que además sufrió los avatares de unos cambios de trazados en los que influyeron desde la protección medioambiental —no se quería afectar a la sierra de O Careón— a las presiones localistas, ya que desde municipios como Melide, Agolada y Lalín se presionaba a Fomento para que optase por acercar más la autovía a esos municipios.


Los dos trazados, de 28 kilómetros entre Arzúa y Palas todavía no han sido adjudicados


Esa polémica, unida a la falta de compromiso con el Plan Galicia de la ministra socialista Magdalena Álvarez, acabó por enterrar los proyectos de la A-54, que solo logró reimpulsar a partir de 2009 su sucesor, el palense José Blanco.

Con la nueva década comenzaron las licitaciones y las primeras obras, pero apenas hubo tiempo para muchas alegrías, porque la crisis obligó a Fomento a reprogramar y priorizar inversiones y, de nuevo, la A-54 vio como parte de los proyectos volvían al cajón.

Aun así, los tramos ya contratados entre Nadela y Palas recibieron partidas para seguir ejecutándose a un ritmo más lento que otras autovías, como la A-8, que la sucesora de Blanco, la popular Ana Pastor, decidió priorizar. Los tramos en obras fueron abiertos poco antes de las elecciones generales de 2015, quedando un tramo de 38 kilómetros hasta Palas de Rei con escaso tráfi co, debido a que todavía sigue siendo un trazado más lento hasta la capital gallega en comparación con la alternativa por la A-6 y la N-634 por Teixeiro.

Además, de los 46 kilómetros que restan entre Palas y Lavacolla, solo están en obras 18,5, entre Arzúa y el aeropuerto, y según una reciente respuesta parlamentaria está previsto que se abra en 2018, aunque los Presupuestos de incluyen partidas hasta 2019.

Los otros dos trazados, de 28 kilómetros entre Arzúa y Palas, todavía no han sido adjudicados, según esa misma contestación, en la que se añade que el objetivo es que se inicien las obras este año. Para ambos se incluyen partidas presupuestarias por 20 millones, aunque la fecha de finalización que se calcula es 2021.

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