Contratos falsos del Hula: autopsia de una estafa improbable

La Fiscalía pide seis años de prisión para tres personas que entre 2008 y 2012 pusieron en marcha una estafa para vender puestos de trabajo falsos en contratas del Hula
Hospital Lucus Augusti. XESÚS PONTE
photo_camera Hospital Lucus Augusti. XESÚS PONTE

Ahora ni ellos mismos se explican cómo les pudo pasar, cómo pudieron ser tan tontos. "Es como cuando ves esas estafas en la tele y no te las crees, y luego te ves tú en medio de una". Pero eran otros tiempos: años en los que la crisis empezaba a dar mucho miedo y un puesto de trabajo fijo sonaba a salvoconducto; años en los que un enorme monstruo llamado Hula crecía a las afueras de Lugo y prometía mejores tiempos; años en los que todavía no había desaparecido del imaginario popular una cierta manera de hacer las cosas, de trapichear a la sombra de lo público.

En esas circunstancias, una mujer llamada María del Carmen F.T. y los hermanos María Cecilia R.F. y José Manuel R.F. pusieron en marcha, según la Fiscalía, el negocio perfecto: aprovechando las dotes de buen vendedor del hermano y sus amplias conexiones sociales, hicieron creer a personas de su círculo de confianza que las dos mujeres tenían buenos contactos, incluso físicos, con altos cargos del Sergas que seleccionarían a las empresas que se harían cargo de las adjudicaciones de los servicios externalizados del hospital: ambulancias, mantenimiento, limpieza, cocina... Ellos podían, previo pago, asegurar un puesto de trabajo en esas firmas; no trabajo público, pero sí fijo.

De este modo cayeron decenas de víctimas, que pagaron entre 6.000 y 24.000 euros. Familias enteras que pagaron por padres e hijos, familiares de los estafadores, compañeros de trabajo... De todos ellos, al final solo han resistido como acusaciones 36 víctimas. Tres de ellas, bajo condición de anonimato (los nombres son ficticios) cuentan en primera persona cómo fue posible aquella estafa en la que desaparecieron cientos de miles de euros.

Felisa (18.000 euros): "Teníamos un hijo y una hipoteca y él nos decía lo que queríamos oír"

"Mi pareja trabajaba en el mismo sector que él. Él era vendedor, y parece que muy bueno, tenía mucha palabrería. Un día le sacó la conversación, le empezó que si la crisis, que todo estaba muy mal y que él tenía unos contactos que nos podían dar una estabilidad laboral. Nosotros teníamos un hijo, una hipoteca y nos decía lo que queríamos oír.

Eran puestos fijos. Nos pidió 12.000 euros a cada uno, 6.000 para reservar y los otros al firmar el contrato, para lo que tenías que aportar fotocopia de DNI en color, dos fotos, vida laboral, currículum... era todo muy creíble. Nosotros no teníamos conciencia de estar haciendo nada malo, era para una empresa privada, en ningún momento nos vendía un puesto de trabajo público.

Luego nos llamaba su supuesto contacto. Nos iba diciendo cómo iban las cosas, que estuviéramos tranquilos. A todo esto sale en prensa que se va a abrir el Hula y al poco nos llama un señor y nos da día y hora para que firme mi pareja, en mantenimiento, y que dos días antes de firmar le tenía que entregar los otros 6.000 euros y toda la documentación. Se lo dimos. La noche anterior del día de firmar llama para decir que hubo problemas y que se pospone. Luego ya no se ponía al teléfono. Nos dijo que el que llevaba lo de contratos se había muerto y que había que esperar.

Empezamos a sospechar, decidimos salirnos y le pedimos que nos devolviera el dinero, porque siempre nos dijo que si en algún momento nos echábamos atrás nos devolvía el dinero. Ya nos dimos cuenta de que éramos unos estafados. Y así llevamos 12 años.

Conocimos a otros estafados porque él mismo hizo una reunión y se presentó como una víctima más de su hermana. Pero nosotros todo lo que tuvimos fue con él.

Antes de denunciar tienes miedo, porque estás pagando por un trabajo, pero es que no es un puesto público, estás comprando un trabajo privado. Y también porque te da vergüenza, porque lo contabas y había gente que se reía y no te lo creía, como cuando ves en televisión una estafa y piensas cómo puede ser. Pero yo no he robado a nadie, lo saqué de mis ahorros.

Pasamos muchas noches sin dormir, ansiedad, nervios. Y te vuelves desconfiada, arisca, no te fías de nadie ni de nada. Te genera un cambio en tu vida hasta que logras pasar página".

Alberto (6.000 euros): "Captó clientes a punta de pala porque era un tío de puta madre"

"Caes porque toda la vida se movieron así las cosas, según dice la gente, y tampoco son puestos tan graves. Es como si tienes un amigo dentro de una empresa privada que te avisa o te mete. Yo saqué el carné de ambulancia para esto y todo. Pero es que tienes 40 años, estás cansado de trabajar en la hostelería y piensas: pues si me sale un trabajo con un horario, cojonudo. Tampoco es tan raro en esa situación: van a abrir un hospital y se está hablando de miles de trabajos, y esto hace 14 años, que me lo dicen hoy y no, pero en ese momento si te dicen que te buscan un trabajo en una de esas empresas, pues te vas. No es todo tan blanco ni tan negro.

Captó clientes a punta de pala porque todo el mundo le quería bien, era un vendedor con muchos clientes, se manejaba bien en la calle. Era un tío muy sociable, pagador, amable, hablaba bien, un tío de puta madre. Y él venía por el bar, escuchabas hablar a otros... era gente de confianza.

Cuando a mí me lo dijo no sabía que iba a ser tanta gente, pensé que era para siete u ocho amigos y metí la pata. Hasta creo que fue un día que quedamos a tomar algo con otros y cuando me lo contó no le dije nada; luego se lo dijo a los otros, que eran también conocidos de toda la vida, y al volver en el coche fui yo el que le pregunté que si quedaba una plaza para mí.

Luego le iba preguntando y me iba dando largas, me contaba que estaban montando la central de la luz y cosas así, se montaban una película de la leche. Incluso me llegó a llamar una persona para decirme que para la semana siguiente tenía que presentar el currículum para empezar. Pero después siempre había disculpas.

Yo el dinero no lo voy a volver a ver, pero que lo paguen ya que vivieron tanto tiempo por la cara. Por lo menos, dejé la hostelería".

Julio (12.000 euros): "Trabajaba en la misma empresa que él, cómo no lo voy a creer"

"Yo trabajaba en la misma empresa. Era muy creíble porque él vivía muy bien, bien pagado, se iba a comer y a jugar la partida con el jefe, llegaba a la hora que quería. Y llega a dejar el trabajo, se va de la empresa, cómo no te lo vas a creer, si además ves que otros compañeros se metieron también en esto. Se aprovechó de la confianza.

A mí me iba a meter en ambulancias. Le pedí el dinero a mi familia. A ellos no les olía muy bien, pero me lo dejaron. Le di 12.000 euros, porque a cada uno le pedía según consideraba que le podía sacar. A mí me iba a cobrar 24.000, se ve que me vio cara de rico.

A él no lo engañó la hermana, porque muchas veces venía y te contaba que había estado comiendo con los altos cargos del Sergas. Yo lo veía todos los días, jodió a su círculo de máxima confianza, hasta a familiares. Es que si no tienes confianza ya no le haces caso ni le das ese dinero.

No le di los otros 12.000 porque no los tenía y porque ya no lo veía tan claro, sabía de gente que se había echado atrás. Antes de que le dieras el dinero te llama todos los días, te invitaba a tomar algo, pero luego ya pasaba.

Ahora me río, pero cuando se lo cuento a la gente me dice: ¡Pero que tontos sois, cómo le diste ese dinero!. Y es verdad, pero ahora que al menos vayan a la cárcel, seis años me parecen pocos".

La principal sospechosa trabaja ahora en el Hula
En un irónico giro de los acontecimientos, María Cecilia R. F., una de las acusadas por la estafa de venta de contratos falsos en el Hula, disfruta en estos momentos de una plaza de auxiliar de enfermera en este centro hospitalario.

Todo apunta, sin embargo, a que en su caso tuvo que pasar por un proceso mucho más normal: aprobó una oposición de promoción profesional temporal en 2014 y el pasado año le fue concedido su traslado definitivo al Hula en otro concurso de traslados interno.

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