Aunque inicialmente no subieron el precio de las clases prácticas, entre otros motivos porque ya habían firmado contratos con sus alumnos previos a la escalada de los combustibles, las autoescuelas de la provincia de Lugo reconocen que, en este momento, no han tenido más remedio que revisar las tarifas para evitar la quiebra de sus negocios.
En declaraciones a Efe, la presidenta de la asociación que agrupa a las autoescuelas de la provincia, Mónica Pérez, precisó que mantener su actividad sin revisar las tarifas era algo inviable en este momento, habida cuenta de que el "precio del combustible está hoy un 110% por encima de lo que pagábamos hace justo un año".
"Aunque en un primer momento no subimos el precio de las clases prácticas", llegados a este punto, las autoescuelas no han tenido más remedio que "repercutir" esa subida del precio del gasóleo en las tarifas de sus actividades de formación.
La situación, reconoció, era "insostenible" y varios "centros de formación a nivel nacional tuvieron que cerrar sus puertas, porque tenía contratos firmados con los alumnos" y el precio del combustible hacía inviable mantener su actividad.
No pudieron, aclaró, repercutir la subida, debido a que las autoescuelas están sometidas "a contratos de prestación de servicios que tienen unas fechas y unas tarifas establecidas".
Mónica Pérez reconoce que la rebaja de veinte céntimos de euro por litro repostado es "totalmente insuficiente" para su sector, dado que "el coste estructural" del combustible representa prácticamente "el 50% del gasto" de explotación en su negocio.
Por ello, recordó que, "a través de la confederación nacional", las autoescuelas gallegas están negociando la posibilidad de que el Gobierno las incluya "en las medidas acordadas con el sector del transporte" por carretera.
