Los autobuses tampoco se libran de la escasez de profesionales

Algunas compañías lucenses optan por costear la formación ante la carencia de conductores
Estación de autobuses. SEBAS SENANDE
photo_camera Estación de autobuses. SEBAS SENANDE

El problema de la carencia de conductores profesionales también es común al transporte de viajeros por carretera. El gerente de la empresa Mourenza y Pardo, Víctor Fernández, explica que en alguna ocasión tuvieron que sufragar, con cargo a las partidas que ya se contemplan en los seguros sociales, el coste de la formación de su personal cuando precisaban contratar a algún chófer.

Esta firma de la capital lucense cuenta con 22 conductores y una flota formada por 25 vehículos. Se dedica principalmente al transporte escolar porque las líneas regulares de viajeros "decaen", según asegura su gerente, debido a la despoblación en el rural, que es su principal destino.

Víctor Fernández atribuye esa escasez de conductores para autobuses a que es una profesión sacrificada, a las retribuciones económicas y las condiciones laborales y a que "cada vez as responsabilidades son máis grandes". Agrega que "son moitas cousas en contra no sector dos viaxeiros".

El gerente de Mourenza y Pardo explica que han recibido demandas de empleo de conductores de los países del Este para incorporarse a su empresa. En este sector los requisitos que deben cumplir los aspirantes a obtener el permiso de conducir del tipo D —específico para autobuses— es superar los 24 años de edad y tener en vigor un permiso B, con una validez de más de cinco años. Aprobado el carné, para ejercer tienen que contar también con el certificado de aptitud profesional (CAP).

Compañías del país teutón, de pesca en España
Si en el caso de los camioneros llueven ofertas de trabajo desde Alemania, prácticamente sucede lo mismo para los que disponen de los permisos precisos para conducir un autobús. Una compañía germana de transporte de viajeros ha suscrito convenios con autoescuelas andaluzas, valencianas y extremeñas para formar chóferes. Antes de Navidad ya partía desde España la primera comitiva, integrada por unos 40.

Una cuestión de precios. ¿Por qué empresas del país de la canciller Angela Merkel han elegido el caladero español para incorporar conductores de autobuses? La explicación es básicamente económica. La formación en España para costear la obtención del carné y el CAP ronda los 1.200 o 1.300 euros —según la Asociación Provincial de Autoescuelas deLugo—, mientras que en el país centroeuropeo ese importe se puede multiplicar por siete u ocho.

Condiciones. A priori las condiciones ofertadas por las compañías germanas que han extendido sus tentáculos sobre tierras españolas pueden resultar atractivas, más allá del hándicap que supone cambiar de país, con una lengua y culturas diferentes y con un poder adquisitivo más elevado. Además de sufragar la formación y el conocimiento del idioma, la oferta incluye el pago durante tres meses del alojamiento; un contrato de al menos dos años de duración, con seis meses de prueba, y un sueldo neto de 1.700 euros más extras. Una de las empresas que está utilizando esta fórmula para encontrar chóferes prevé incorporar a medio millar en dos o tres años.

Cambio climático. Más allá de los argumentos formativos y económicos para que escaseen estos profesionales, el crecimiento de la demanda en Alemania se debe también a que el endurecimiento de las medidas de tráfico para contribuir a frenar el cambio climático supone que se vaya a potenciar el transporte público frente al particular