El auditorio nuevo por ahora solo recibirá arreglos para ahorrar tiempo y gasto

El Concello desviará fondos reservados para el edificio para pagar una deuda con Augas de Galicia y reurbanizará la parcela en una segunda fase
El nuevo auditorio, en la Avenida de Magoi. AEP
photo_camera El nuevo auditorio de Lugo, en la Avenida de Magoi. AEP

El gobierno local cambió su hoja de ruta para abrir el nuevo auditorio de Lugo, terminado desde hace seis años y en manos del Concello desde hace algo más de dos, y de momento hará solo los arreglos de las deficiencias detectadas, algunas de origen y otras producto del paso del tiempo sin uso y con un mantenimiento precario. La idea inicial era llevar a cabo al mismo tiempo una ambiciosa reurbanización de la parcela que lo rodea, para mejorar los accesos y el entorno.

La actuación estaba valorada en más de un millón de euros, pero el equipo de Lara Méndez ha optado por llevarla a cabo en dos fases por varios motivos. Primero licitará los arreglos por algo más de 500.000 euros, un paso que prevé dar en las próximas semanas. Una vez los trabajos estén terminados ya se podrá poner en funcionamiento el edificio, sin esperar a la obra del entorno, según explica el gobierno local. Hace meses se fijó como objetivo abrir el edificio como muy tarde en febrero, con motivo del estreno de Lugo como capital cultural del Eixo Atlántico, título que ostentará durante 2023, aunque los plazos van muy justos para ello.

Otra razón de dividir la intervención en el auditorio estaría —aunque el gobierno niega que sea así— en que se ve obligado a desviar fondos de la partida que tenía para este proyecto para abonar una deuda de más de un millón de euros con Augas de Galicia por el canon del agua. 

Aunque con independencia de los condicionantes económicos, el gobierno se encontró también con el freno a una licitación única del arreglo de las deficiencias y la reurbanización de la parcela por parte del servicio municipal de Arquitectura. Este considera que algunas de las intervenciones que se plantean suponen cambios demasiado relevantes en un proyecto que fue resultado de un concurso de diseño internacional. Veta, por ejemplo, cubrir los patios de maquinaria que hay en las cubiertas.

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