Los amigos de lo ajeno volvieron a asaltar en los últimos días varias viviendas en la capital lucense. Y lo hicieron en todos los casos a plena luz del día, entre las doce de la mañana y las dos de la tarde, aproximadamente, cuando sus moradores se encontraban fuera de casa.
El primer robo fue cometido el pasado domingo en un piso que está en la Rúa Aceroleiro. Los ladrones se llevaron consolas de videojuegos y hasta un robot aspirador, entre otros aparatos electrónicos.
También intentaron colarse en otra vivienda que se encuentra en el mismo inmueble del barrio de A Piringalla, pero no consiguieron acceder a su interior.
Los otros dos robos con fuerza en las cosas fueron cometidos 48 horas después en sendos pisos de un edificio que está en la otra punta de la ciudad, en la Avenida de Magoi.
Los ladrones también entraron en las viviendas en torno a media mañana y, como en la de la Rúa Aceroleiro, su modus operandi fue idéntico, fracturaron el bombín de la cerradura de la puerta para poder acceder.
El botín en el que pusieron sus ojos los amigos de lo ajeno fue similar en los tres casos, dinero en metálico, joyas y aparatos electrónicos.
En uno de estos dos robos cometidos en la Avenida de Magoi, los propietarios no estuvieron en su domicilio entre el domingo y el martes.
La voz de alarma la dieron las víctimas, que se encontraron con que habían sufrido un robo al regresar a sus hogares. Los vecinos de los afectados no se percataron de cuándo se habían producido esos asaltos.
La investigación apunta a que los ladrones debieron hacer un seguimiento a los moradores de las viviendas para saber cuándo se encontraban fuera de casa, ya que es más propicio actuar a media mañana en días laborales, en que los afectados y sus vecinos pueden estar en sus trabajos, que en domingos.
CLIMA DE INSEGURIDAD. Estos tres robos con fuerza en las cosas han generado preocupación e inseguridad entre los vecinos de las víctimas de la Rúa Aceloreiro y de la Avenida de Magoi, hasta tal punto que algunos de ellos ya tomaron medidas de seguridad con el fin de prevenir que sus hogares sean violentados, como por ejemplo cambiar o reforzar las cerraduras de las puertas de sus domicilios.
