El arriesgado camino hasta los difuntos

La tradicional visita a los difuntos que estos días realizan las familias lucenses en el cementerio de San Froilán se convierte en un arriesgado camino si se realiza andando, tal y como describen algunos vecinos del barrio de A Ponte, que demandan el arreglo del tramo de la Estrada Vella de Santiago que carece de aceras.

Los afectados, algunos de ellos vecinos que suelen caminar por esta carretera, aseguran que además de no haber tampoco un arcén para circular, hay maleza alta en algunas zonas lo que obliga a los peatones a tener que andar por la calzada. Esta situación se convierte en un serio riesgo, añaden, en las zonas donde hay curvas, ya que se reduce la visibilidad.

Las quejas también tienen que ver con la velocidad a la que circulan algunos vehículos en una zona en la que está limitada a 50 kilómetros por hora. El riesgo se ve incrementado estos días por el intenso tráfico de coches particulares que se dirigen hasta el cementerio en las jornadas previas a la festividad de Todos los Santos, aunque se trata de por si de una carretera con mucha circulación de conductores que la utilizan como alternativa para llegar al acceso a la autovía A-54.

Pero las quejas por la maleza no se limitan al tramo sin aceras de la carretera, ya que en septiembre un vecino registró una reclamación en el Concello donde indicaba que las zarzas impedían el paso de peatones frente a una pastelería de A Ponte, un problema que asegura que se repite todos los años.

BUSES. El Concello anunció el refuerzo el día 1 de noviembre de los buses de la línea que conecta el centro con el cementerio, que tendrá ese día una frecuencia de 20 minutos.

El bus saldrá entre las 9.30 y las 19.00 horas de la Ronda da Muralla, frente al edificio de sindicatos, y continuará por Rúa Santiago y Volta da Viña. El bus de vuelta desde la necrópolis municipal también tendrá una frecuencia de 20 minutos.