Arrancó este domingo la segunda Semana Santa marcada por la pandemia. El año pasado fue imposible la celebración de ningún acto y este será un año de actos de baja intensidad, sin procesiones ni actos en la calle. Con todo, muchos lucenses se volcaron en el Domingo de Ramos.
Muchos ciudadanos salieron este martes de casa con sus ramos, dispuestos a acudir a los actos de bendición. Pero no hubo la tradicional y multitudinaria celebración en la Praza de Santa María.
La bendición realizada por el obispo tuvo lugar dentro de la catedral, escenario también de la misa presidida por Alfonso Carrasco. El acto, sobrio y dominado por las normas de seguridad a que obliga el covid, estuvo marcado por las reflexiones del prelado sobre el significado de las celebraciones.
Tras la lectura de la Pasión, el obispo invitó a los fieles reunidos en el templo a dedicar la semana a reflexionar y aprender sobre el ejemplo dado por Jesús en una época de errores, pecados y traiciones que le llevaban a la muerte.
Muchos lucenses salieron a la calle con los ramos tradicionales, aunque no hubo en el acto multitudinario que era habitual en Lugo
El acto en la catedral fue el primero de la jornada en el arranque de esta Semana Santa atípica y, así, por la tarde, la iglesia de los Franciscanos acogió otra misa organizada por la Cofradía del Desenclavo, que programó también la presencia en el acto del Orfeón Xoán Montes.
En este año en el que no habrá procesiones, los actos organizados por las cofradías se limitan prácticamente a misas, como las que organiza este lunes la cofradía de la Virgen de la Esperanza en A Nova.
La cofradía del Cristo del Perdón, no obstante, organiza un acto complementario y el miércoles, a las 18.15 horas, hará una entrega de insignias con motivo del 70 aniversario de la cofradía. Será un reconocimiento para quince personas que han apoyado al colectivo a lo largo del tiempo.
