Los arqueros aconsejan que no se espere más para cazar con flechas a los jabalíes

Los expertos en abatir cerdos salvajes con arco consideran que febrero es el mes más indicado para realizar las esperas nocturnas en la zona periurbana de Lugo ya que las hembras paren en marzo

Un participante en una competición de recorridos de caza con arco. ARCO HÉRCULES
photo_camera Un participante en una competición de recorridos de caza con arco. ARCO HÉRCULES

Los contados expertos que hay en Galicia en caza con arco apuntan que este es el mes idóneo para intentar abatir a flechazos a los jabalíes en las zonas periurbanas de la capital lucense. Desaconsejan que las llamadas esperas nocturnas se demoren debido a que las hembras comenzarán a parir en marzo.

"Tendría que ser ya. No se puede esperar más", afirma el presidente del club Arco Hércules, Óscar Novas, que ha participado en los últimos años en la caza con arco de jabalíes en el aeropuerto olívico de Peinador, en O Temple (Cambre) y en un tecor de A Ribeira Sacra, entre "más de una docena" de casos.

Las jabalinas pueden tener dos camadas al año, en primavera y en otoño, en las que pueden salir adelante una docena de crías en total por hembra. Su ciclo de gestación suele durar tres meses, tres semanas y tres días.

Los arqueros que participan en esperas nocturnas, que ya autorizó la Consellería de Medio Ambiente en otros lugares de Galicia para combatir la superpoblación de esta especie por el riesgo que entraña, suelen reunir una serie de requisitos. Además de estar cualificados, deben estar federados, tener el seguro de responsabilidad civil al día y contar con la licencia B para artes de caza sin arma de fuego (cetrería, trampería y arco).

PASOS A DAR. El presidente del club Arco Hércules asegura que "dos o tres días antes" de realizar las esperas nocturnas se rastree la zona con perros para comprobar las rutinas de los cerdos salvajes porque son "animales bastante de costumbres".

"Tendría que ser ya. No se puede esperar más", asegura el presidente de Arco Hércules, el lucense Óscar Novas

Tras peinar la zona, ya se podrá determinar el punto más indicado para que se aposten los arqueros. Este experto, que es monitor y técnico de caza con arco, recomienda que se coloquen cebaderos en la zona para atraer a las presas, sobre todo en el caso de Lugo al estar localizados en emplazamientos próximos a la ciudad.

Explica que el puesto debe ser elevado, "a no menos de cuatro metros de altura". Se denomina treestand. Es una escalera portátil que lleva como unos trinquetes para fijar al árbol.

Óscar Novas asegura que el tiro "certero" se debe efectuar desde "entre 30 y 50 metros de distancia", porque además el jabalí "tiene muy buen olfato, que puede alcanzar hasta 2,50 metros, y muy buen oído, pero no ve bien".

Este cazador con raíces lucenses, que afirma que es "mucho más seguro hacer una espera nocturna con arco" que una batida con arma de fuego, quiere dejar claro que "si no se está seguro no se dispara, hay que asegurar mucho". Precisa que "al 98% de los animales se les da en el corazón".

A su favor juega que el arco es "silencioso" y que se recurrirá a un cebadero para que el animal sea una diana que esté lo más quieta posible y no en movimiento.

Además, suelen llevar figuras en 3-D en tamaño real de jabalíes para probar antes y calibrar las armas.

UTENSILIOS. Los arqueros que participan en estas esperas nocturnas utilizan un arco de precisión denominado compuesto o de poleas, que pesa entre 2,8 y 3,6 kilos -similar por ejemplo al que portaba el actor Sylvester Stallone en la película Rambo-.

El cuerpo del arco es de aluminio y fibra de carbono. Lleva un visor con nivel -parecido, por ejemplo, al que utilizan los albañiles-, un estabilizador y un pequeño proyector de luz ultravioleta para iluminar la zona del punto de mira.

La flecha es de aluminio o de una aleación de carbono por dentro revestida de aluminio por fuera para que en caso de que se parta no deje virutillas. Está desmontada. Consta de punta, bástago, pluma y culatín para insertarla en la cuerda del arco. En las esperas nocturnas lleva un led para que se divise en el momento del impacto en la presa. El precio del arco y todos los complementos puede rondar los 1.500 euros.

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