Ariel Rot: "Era cómodo mi segundo plano en Los Rodríguez respecto a Andrés"

El auditorio Gustavo Freire de Lugo recibe este jueves (21.00 horas) al músico argentino Ariel Rot, que presentará en directo los temas de su nuevo trabajo discográfico, 'La manada', acompañado de una banda de lujo: Osvi Greco, Candy Caramelo y Toni Jurado
El músico argentino Ariel Rot
photo_camera El músico argentino Ariel Rot

LE REFRESCO la memoria y le cuento que a finales de los noventa tocó con Los Rodríguez en Ferreira de Pantón. Que más tarde, en 2000 y 2003 se subiría ya en solitario al escenario en Lugo. "Sí, sí, mucho tiempo ha pasado, con muchas ganas de volver", dice Ariel Rot (Buenos Aires, 1960) al otro lado del teléfono. Con voz pausada, este gentleman no evita responder hasta las preguntas más incómodas, aunque sí le molesta que lo etiqueten como superviviente del rock. "Me parece un cliché", ataja. Con mucha ilusión regresa este jueves al auditorio lugués con un trabajo que avala una sólida carrera en solitario, tras el éxito de Tequila y Los Rodríguez.

¿Es La manada, que este jueves presenta en Lugo, su disco más nostálgico?
Bueno, no, no creo...

Hay mucho guitarreo.
Sí, creo que tiene un tono enérgico, musicalmente las guitarras están muy presentes, los tempos son más "up". Pero a nivel de textos yo creo que hace tiempo que recreo un poco en el paso del tiempo. En cierto modo, es una temática que se lleva repitiendo desde hace mucho tiempo y, bueno, tal vez en eso radica la habilidad para tocar el mismo tema de distintas maneras.

¿Sale acaso este álbum de la madurez?
Ahora mismo ese punto de inflexión de "ya te queda menos tiempo del que has vivido" ya lo he superado hace tiempo, entonces, pues bueno, es algo que prefiero no pensarlo.

Pero se considera una persona positiva.
Lo ha dicho muchas veces. (Risas) Bueno, depende del día.

Nuevo disco: "Creo que tiene un tono enérgico. Pero a nivel de textos, hace tiempo que recreo un poco el paso del tiempo"

También, ha dicho en alguna entrevista que el rock se ha convertido en una música minoritaria, que no es un lenguaje que represente ahora mismo a la juventud. ¿Sigue creyéndolo?
Creo que estamos viviendo un cierto momento de auge de bandas y eso es interesante. En ese sentido, el tema festivales, grupos indies, al margen de gustos, está consiguiendo que nuevamente haya una escena musical y se le vuelva a echar la mirada a lo que era el rock de bandas, que estaba olvidado en los últimos años. Me parece bueno de cara al futuro que a las nuevas generaciones les parezca atractivo tocar en una banda de rock. 

Comenzó a tocar el piano de muy chiquito, con siete años. ¿Siempre supo que iba a dedicarse a esto?
No. A mí me gustaba la música, pero evidentemente uno no piensa... Nunca lo pensé. Sí que en un momento, no sé... tendría yo 13 o 14 años y descubrí a los Rolling Stones, pero no solo la música, sino el estilo de vida, y para mí en ese momento la vida cambió. Y entonces tuve como una especie de ambición en esta vida y tuve la suerte de que se cumplió al poco tiempo. A los cinco años ya estaba tocando en una banda de rock and roll... Bueno, en un mundo totalmente distinto, el mundo español de aquella época, pero era una manera de alcanzar mi sueño.

Supongo que su familia no le pondría muchas trabas, rodeado de artistas como estaba.
Es cierto. También los pilló todo un poco descolocados a mis padres, porque estaban intentando rehacer su vida en el exilio y no era una situación fácil. Cuando se quisieron dar cuenta yo había abandonado los estudios y estaba tocando en una banda de rock y me iba mejor que a ellos (risas).

A pesar de tener que exiliarse, de tener que huir de una dictadura, nunca le ha dado por la canción política o protesta.
Pues la verdad es que no. En mis canciones uno puede entender cuáles son mis posturas ante la vida, defender ciertos valores, y puedo mostrar a qué cosas soy reacio, pero no de una manera estereotipada. No sé, no es una estética que me cautive.

¿Futura colaboración?: "Plantearse un encuentro con Calamaro nos ha creado a los dos mucha presión y tensiones. No es fácil"

Antes ya se refería a la aventura de fundar Tequila en la España tras la muerte de Franco. ¿Cómo recuerda ese momento? Imagino que fue muy efervescente.
Fue una liberación para mí. De hecho sigo haciendo lo mismo que hacía en esa época que es tocar, viajar, viajar con mis amigos a distintas ciudades para tocar frente al público, meterme en estudios de grabación y dejar ahí las canciones que fuimos componiendo durante un determinado tiempo. Creo que es apasionante eso. Creo que es una manera de transitar por la vida muy feliz.

¿Qué cree que enseñaron Los Rodríguez al panorama rock español después?
No sé si enseñaron, pero sí pusieron el listón de calidad muy alto. A pesar de que nos costó, más tarde o más temprano teníamos que triunfar por derecho. Por un lado era una banda muy sólida, muy poderosa, muy musical, pero también muy popular. Nuestras canciones no eran difíciles para conectar con la gente. Digamos que la calidad y la comercialidad estaban en un equilibrio adecuado.

¿Cómo llevaron el éxito? ¿Qué factura tuvieron que pagar?
Llevamos peor el fracaso (risas). El éxito nos hizo aguantar un tiempo más. Los Rodríguez no éramos chavales. Tampoco éramos españoles. Andrés vino de Buenos Aires para montar un grupo y teníamos cierta urgencia para que eso funcionase. Finalmente, cuando ocurrió el boom de Sin documentos todo cambió y nos hizo empezar a vivir desde el otro lado del muro.

En todo caso, ¿usted qué entiende como éxito?
El éxito es primero descubrir quién eres y qué quieres en la vida y luego intentar lograrlo. Eso es el éxito.

¿Se sintió alguna vez en un segundo plano frente a una personalidad tan grande y tan fuerte como la de Andrés Calamaro?
Sí, por supuesto, en un segundo plano del que disfrutaba muchísimo. Claro, es normal. El primer plano, de manera natural lo tomó Andrés, pero realmente por una cuestión de lo que él aportaba a la banda, sus canciones, su voz. Yo creo que mi aporte se notaba más de puertas para dentro que de puertas para fuera, pero era un lugar cómodo para mí, el de director musical, digamos, el de poner un poco de orden dentro de la manera caótica de funcionar que teníamos.

¿Cabe la posibilidad que se vuelvan a reunir usted y Andrés Calamaro para futuras colaboraciones como ya han hecho en el pasado con otros discos?
No sé, la verdad es que plantearse un encuentro ya de esa manera nos ha creado mucha presión y finalmente lo terminamos desestimando. En cuanto surgió por otros lados la posibilidad, siempre empezaron a surgir tensiones. Imagino que ya ha pasado demasiado tiempo. No es fácil.

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