«Hai partido», afirmó este viernes Raquel Arias, delegada de la Xunta en Lugo y candidata a dirigir el PP en la provincia, tras entregar los 155 avales que se necesitan para confirmar la candidatura al congreso extraordinario que se celebrará el día 6.
A última hora de la tarde, Arias hizo entrega al gerente del partido de un sobre con las firmas de «155» compromisarios, de los 746 que votarán. «Certifico que a candidatura de Raquel Arias está en condicións de presentarse ao congreso», afirmó después de que su rival, Elena Candia, alimentara la duda de si Arias iba a ser capaz de reunir los apoyos suficientes, dado que ella llevaba ya «entorno a 600» y en esta fase del proceso los compromisarios solo pueden avalar a una de las candidatas.
Aunque, a priori, Candia cuenta con más apoyos, Arias insistió el viernes en que hasta el día 6 no se conocerá el voto de los compromisarios, «que agora están identificados. Toca explicar o proxecto para que decidan libremente», afirmó, a la vez que descartó que esté habiendo presiones para tratar de convencerles. También reiteró su deseo de que esta sea la última vez en que la elección se haga mediante compromisarios, ya que todos los militantes deben tener derecho a votar, dijo.
La pugna por la presidencia continúa y las candidatas siguen lanzando propuestas y, en el caso de Candia, haciendo públicas nuevas adhesiones a su proyecto. Como la de la exalcaldesa de Lourenzá, Emma Álvarez, quien cree que Candia «supón a verdadeira renovación do PP de Lugo». Álvarez formó parte del equipo de trabajo de la expresidenta de la Diputación y asegura que la agrupación popular de Lourenzá apoya «de forma maioritaria» a Candia.
La candidata asumió el viernes un nuevo compromiso: mantener reuniones periódicas con organizaciones y movimentos sociales, para lo que creará un órgano o secretaría sectorial, de carácter permanente, que se encargará de esa tarea de mediación.
Arias quiere prestar más atención al municipalismo, para lo que creará un foro, el consello municipal. También promete crear la oficina del ciudadano y recuperar la oficina del diputado, para estrechar la relación entre cargos y militantes.
