El Arde Lucus se consolida ajeno a los vaivenes de visitantes

La fiesta muestra una extraordinaria salud y madurez pese a que este año los momentos de abarrote han sido más puntuales

Un momento de la celebración del Arde Lucus. VICTORIA RODRÍGUEZ
photo_camera Un momento de la celebración del Arde Lucus. VICTORIA RODRÍGUEZ

El Arde Lucus ha consumido su decimoctava edición, en la que ha constatado que ha llegado a su mayoría de edad en todos los sentidos. Pese a que la sensación es que el número de visitantes y participantes no ha sido tan elevado como otros años, la fiesta ha mostrado una madurez que le permite mirar al futuro ajena a los vaivenes que tenga que afrontar en función de las circunstancias.

Una de esas circunstancias que han podido influir este año es el festival O Son do Camiño celebrado este mismo fin de semana en Santiago, con la participación de grandes nombres de la música internacional. Es probable que, en efecto, le haya restado afluencia, incluso entre los propios lucenses, y que los momentos de abarrote hayan sido menos habituales, pero no parece que el Arde Lucus se haya resentido.

La explicación hay que buscarla seguramente en el hecho de que la fiesta descansa sobre unas asociaciones de recreación histórica que cada vez están más implicadas, han acumulado mucha experiencia y se esfuerzan más para ofrecer lo mejor de sí mismas a los lucenses y visitantes. Esta base social, que empuja además al resto de participantes a caracterizarse aunque no pertenezcan a ninguna de estas asociaciones, es lo que marca la diferencia con otras fiestas similares, lo que más sorprende a los visitantes y la mejor garantía de futuro. El desfile de los colegios del lunes, con miles de niños y padres aportando su grano al Arde Lucus, es el mejor ejemplo.

VISTO DESDE FUERA. La implicación de toda la ciudad, con el despliegue de campamentos y actividades por todas las calles del centro, es el aspecto diferencial que destacaban miembros de varias asociaciones de recreación histórica nacionales e internacionales que han vivido el Arde Lucus como invitadas. En muchos de sus lugares de procedencia, explicaban, las fiestas históricas se limitan al espectáculo que pueden ofrecer las propias asociaciones, mientras que el resto de la gente se limita al papel de mero espectador. Lugo, reconocían, es otra historia, por la manera que tiene la ciudad de vivir estos días.

AFLUENCIA

La celebración del festival O Son do Camiño en Santiago ha podido restar algo de asistencia a la fiesta romana lucense

IMPLICACIÓN

Las asociaciones de recreación sobre las que se apoya el Arde Lucus muestran cada vez más experiencia y esfuerzo

OTRA HISTORIA

Colectivos llegados desde fuera destacan la implicación de toda la ciudad como elemento diferenciador

Una manera de vivir que integra todos los ámbitos y actividades, algunas tan especiales como la reunión de madres de lactantes que acudieron ayer a la convocatoria de Bico de Leite, el Colexio de Enfermaría y la Asociación Galega de Matronas para dar el pecho a sus bebés en el puesto de As Obstetrix en la Praza Maior.

sin altercados. Otro aspecto a destacar es que, pese a la gran cantidad de gente que participa y las frecuentes aglomeraciones, la fiesta ha transcurrido otro año más con total tranquilidad. Según confirman desde los cuerpos policiales, apenas se han producido altercados de importancia. Sí hubo, no obstante, algún acto de gamberrismo, como personas subidas a la estatua de San Vicente en la Praza do Campo, que no pudieron ser identificadas.

Así las cosas, el Arde Lucus se despidió este domingo con el tradicional acto final entre de las legiones y las tribus castrexas, con una participación más reducida por problemas de espacio, ya que se trasladó al fondo de la Praza Maior.

Durante todo el día se fueron sucediendo los actos y espectáculos callejeros, hasta completar alrededor de medio centenar. Uno de los más aplaudidos fue el paródico juicio al esclavo que celebró el Senatus de Lucus Augusti. También estuvieron muy concurridos todos los campamentos.

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