"De aquí no me muevo, ya soy lucense"

Óscar Osiris llegó procedente de la República Dominicana hace 16 años. Su carácter afable y un indudable positivismo le abrieron las puertas del mercado laboral y le dieron la posibilidad de reunir de nuevo a su familia
El empresario
dominicano
Óscar Osiris
posa en el
locutorio
que acaba de
inaugurar en
Garabolos. SEBAS SENANDE
photo_camera El empresario dominicano Óscar Osiris posa en el locutorio que acaba de inaugurar en Garabolos. SEBAS SENANDE

El dinamismo que desprende este dominicano impregna su discurso. Óscar Osiris tuvo que reiventarse para superar una pandemia que dejó al mundo patas arriba y descolocó por completo el mercado laboral. Después de 16 años en Lugo, su experiencia vital le ha llevado a asentarse en la ciudad junto a toda su familia.

"De aquí no me muevo, como en Galicia, y en particular en Lugo, no se vive en ningún sitio de España". Osiris hace esta afirmación desde la experiencia que le conceden los miles de kilómetros recorridos antes de inaugurar su propio negocio la pasada semana: el locutorio Dom Bras, en el barrio de Garabolos.

"Estoy muy contento, ya soy un lucense más", admite.

Durante la época estival, Óscar Osiris compaginaba su profesión de pintor profesional con un trabajo en una empresa que recorría toda España y en la que él ejercía "como animador y cantante en los eventos a los que acudíamos. Por eso conozco muchos lugares y puedo afirmar que Lugo es la mejor ciudad que pude elegir para vivir. Si me traje hasta a mi madre y a toda la familia", matiza.

APTITUDES. Sus aptitudes con los oficios más especializados también le reportan beneficios laborales en un momento en el que las ofertas en determinadas profesiones no abundan. "En invierno trabajo como mecánico, chapista y pintor de maquinaria industrial, como palas excavadoras o camiones", detalla.

Por si esto no fuese poco, compagina este oficio con la gerencia del locutorio, donde los clientes pueden encontrar "un poco de todo. Tengo más productos gallegos que otros procedentes de Latinoamérica, porque son los que más me solicitan los vecinos".

Su familia también se comprometió con el negocio, y así el hijo de 18 años de Óscar le ayuda al otro lado del mostrador. "Es una buena oportunidad para que se saque su sueldo y aprenda mientras no encuentra un trabajo", dice.

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