Aparece una pintura barroca en la capilla del Ecce Homo oscuro

Al retirar un retablo se observó un mural que representa unos cortinajes y unos angelotes ► Ahora es objeto de limpieza para dirimir si es del siglo XVII o del XVIII y aventurar su autoría

Limpieza de la pintura en la capilla de Ecce Hommo oscuro, entre el coro y el trascoro de la catedral. XESÚS PONTE
photo_camera Limpieza de la pintura en la capilla de Ecce Hommo oscuro, entre el coro y el trascoro de la catedral. XESÚS PONTE

LUGO. Las obras de restauración que se llevan a cabo en la capilla del Ecce Homo oscuro de la catedral han revelado la existencia de una pintura mural, de origen aún incierto pero de cierto valor artístico y de la que, hasta ahora, se desconocía su existencia.

Representa unos cortinajes y unos angelotes, enmarcando el arco en el que se encuentra la figura. En el fondo de la propia imagen, figura un sol a la derecha del Ecce Homo y una luna sobre su hombro izquierdo.

En estos momentos se procede a la limpieza de la pintura, según aclaró César Carnero, delegado de Patrimonio de la diócesis. Solo cuando se pueda ver sin la suciedad que hasta ahora la cubría se podrá dirimir de qué siglo es exactamente.

Por el momento se baraja la posibilidad de que sean de alrededor de 1630 o de comienzos del siglo XVIII, ya que fueron momentos en los que se realizaron intervenciones en la catedral. La primera, a cargo de Fray Gabriel de Casas, autor del claustro y, la segunda, por Simón de Monasterio, de quien es obra el trascoro. Lo que sí está claro es que se trata de pintura barroca, algo que resulta evidente solo con la visión de los angelotes y de los ricos cortinajes que figuran en ella.

Carnero confía en que, cuando se pueda afinar la fecha en la que se pintó el mural, también se puedan aventurar algunas opciones sobre su autoría, pero insiste en que lo primero es que esté limpia ya que el tiempo tapada y el hollín que cubre las paredes a causa del humo de las velas han hecho mella y, cuando se descubrió, solo se intuía su presencia.

Lo que sí está claro es que la pintura quedará a la vista. «Se retiró el retablo de madera porque necesitaba ser restaurado, ya que se encontraba en mal estado, pero las pinturas tienen, sin duda, un mayor valor artístico que ese retablo, que es del principios del XX y muy normalito, así que se dejarán a la vista», aseguró Carnero.

La capilla era un lugar donde se solían poner muchas velas, algo que, según Carnero, también influyó para que a ese Ecce Homo también se le llamara oscuro. La coincidencia de las velas y de que el mural estuviese cubierto de madera, que impide que la pintura respire y que aumenta su nivel de humedad, hace que aparezca en peor estado del que podría estar en otras circunstancias.

Pese a todo, en el mural, descubierto hace unos días, ya se adivinan todas las formas y los colores.