La historia del pabellón Anexo, donde se jugaban hasta diciembre la mayor parte de partidos de baloncesto de base, parece el cuento de nunca acabar. Este fin de semana vuelve a usarse para competiciones oficiales, pero solo en pista grande. Los partidos de minibásket siguen derivándose a otras canchas porque se pintaron mal las líneas de la pista. El lunes volverá a cerrar y será repintado.
El Anexo cerró en diciembre porque el parqué estaba levantado a causa de la humedad. El agua entra a chorro cuando llueve al llevar años con una reforma pendiente que nunca se concreta, porque la instalación carece de licencia propia (es "anexa" al Pazo).
Quedó de cemento para entrenamientos y algunos partidos, pero al levantar el parqué vieron que las líneas estaban anticuadas, por eso hubo que repintarlas si se quería jugar competición oficial. Las quejas de padres y jugadores son constantes, porque incluso para entrenar no reúne las condiciones.