Los dos ancianos desaparecidos reviven un drama con 30 casos activos en Lugo

El año pasado se registraron 104 denuncias en la provincia lucense y la mayoría se resolvieron felizmente. Las fuerzas de seguridad mantienen abiertas una veintena de investigaciones por ausencias consideradas "de larga duración"
Una de las batidas para intentar localizar al hombre que falta en Friol. SEBAS SENANDE
photo_camera Una de las batidas para intentar localizar al hombre que falta en Friol. SEBAS SENANDE

El caso de los dos ancianos que desaparecieron este mes en la provincia de Lugo, uno en Friol y otro en Carballedo, revive un drama que golpea cada año a muchas familias lucenses, que viven con el corazón en un puño la ausencia inexplicable de sus allegados. Actualmente, el Ministerio de Interior mantiene activos alrededor de 30 casos de desapariciones en Lugo -exactamente 34 cuando arrancó el año- y destina cada vez más medios humanos y materiales a intentar localizarlos y a esclarecer los motivos de su partida.

A lo largo del pasado año, las fuerzas y cuerpos de seguridad contabilizaron 104 denuncias por personas desaparecidas en la provincia (32 hombres y 72 mujeres), de las que cerca del 80% fueron relativas a menores de edad (21 chicos y 60 chicas). Este porcentaje se traduce en que 23 desaparecidos eran adultos, mientras que los 81 restantes todavía no habían alcanzado la mayoría de edad. Aunque el dato es alarmante, las fuerzas y cuerpos de seguridad explican que se trata de situaciones que se resuelven normalmente con rapidez, ya que suelen ser jóvenes que se fugan de centros tutelados y regresan a los pocos días de forma voluntaria o son localizados por los agentes.

  1. "Isto é un misterio, pero aínda o seguimos buscando con vida"
  2. "Es una tortura, lo más duro sería que no apareciese nunca"

A nivel nacional, Interior afirma que el 80% de desapariciones activas son voluntarias. Así, de los 5.411 casos que se encontraban sin resolver cuando comenzó el año, las fuerzas y cuerpos de seguridad consideran que solo 530 eran involuntarias y 78 podían considerarse forzosas. El resto eran personas que, por diferentes motivos, habían decidido marcharse de su domicilio sin comunicárselo a su entorno. Sin duda, encontrar a la persona desaparecida y saber que se encuentra en buen estado es el final que desean todos y cada uno de los familiares que viven con la soga de la incertidumbre al cuello. Aunque por desgracia, no siempre es así.

 

Solo en la provincia de Lugo, las fuerzas y cuerpos de seguridad mantienen activas en la actualidad alrededor de una treintena de desapariciones "de larga duración". En algunos supuestos, las pistas sobre el posible paradero de estas personas son prácticamente nulas, mientras que en otros, se adivina el desenlace pero no se localiza el cuerpo. Ese es el caso de las desapariciones que se producen en el mar. En Lugo todavía continúa la búsqueda de ocho personas que se perdieron en las aguas del Cantábrico, cuatro de ellas eran marineros del pesquero Rosamar, que naufragó hace ya trece años, en febrero de 2018, a 24 millas del norte de Burela. Tampoco se cerró todavía el caso del menor desaparecido en febrero de 2014 en las cercanías del faro de A Rapadoira, en Foz. El joven, de 15 años, daba una vuelta en bicicleta con un amigo por la zona del espigón y fue arrastrado por una ola. A pesar del despliegue que se habilitó por tierra, mar y aire para tratar de localizarlo, todos los esfuerzos resultaron infructuosos hasta la fecha.

Aun en estas tragedias, las familias nunca pierden la esperanza de encontrar al menos los cuerpos para poder cerrar el capítulo más amargo de sus vidas. Es el caso también de dos lucenses que salieron un buen día a pasear y llevan ya más de cinco años en paradero desconocido. A uno de ellos, Ernesto Manuel Torre, se le perdió la pista en 2016 en el municipio de Chantada, cuando contaba con 82 años de edad. El otro, Salvador García Sánchez, desapareció en 2017 del centro de grandes dependientes del municipio de Bóveda, donde se encontraba interno a sus 63 casos. En ambos casos, sus allegados nunca le encontraron explicación a su partida y continúan viviendo en un mar de tristeza y dudas.

El tiempo también le empieza a pasar factura a los familiares de José Luis Iglesias, de 80 años de edad, desaparecido el 4 de este mes en la parroquia friolesa de Carballo. Su mujer y sus dos hijos no se dan por vencidos y esperan que su ser querido pase a engrosar el porcentaje de casos resueltos y que lo haga además con el único final que ansían: Encontrarlo con vida. Y ese es justo el mismo deseo que tienen los familiares de José Luis González, de 79 años, a quien le perdieron el rastro el pasado día 26 en el lugar de A Raña, en la parroquia de Veascós, en Carballedo. El hombre salió de su vivienda temprano, acompañado por un rebaño de ovejas. Debía llevarlas a un prado cercano y regresar a casa, pero ya no volvió.

En ambos casos, las fuerzas y cuerpos de seguridad desplegaron todos los medios a su alcance y continúan buscando a los ancianos con la ayuda de perros entrenados en la búsqueda de personas desaparecidas. A estos dispositivos se suman además cada día numerosos vecinos, amigos e incluso desconocidos que se solidarizan con el pesar de las familias. Los participantes en las batidas peinan los lugares cercanos a las viviendas de los dos hombres y revisan las zonas arboladas y próximas a los ríos para que ningún detalle les pase desapercibido.

Casos como estos han hecho que la sociedad fuera poco a poco tomando conciencia de este drama, por lo que desde 2010 se recaban datos y se elaboran estadísticas para intentar mejorar en las investigaciones. Desde entonces, se han resuelto 230.251 denuncias, lo que supone el 94% del total.


"Isto é un misterio, pero aínda o seguimos buscando con vida"

Fotografía del desaparecido. EP
Fotografía del desaparecido. EP

Este jueves se cumplen 25 días desde su desaparición y la familia de José Luis Iglesias no escatima fuerzas para localizarlo. Desde que salió de su domicilio de Friol, el pasado 4 de septiembre, no hay pistas sobre su paradero y sus allegados y amigos no le encuentran explicación a su ausencia. "Isto é un misterio; non é normal e xa non sabemos que pensar ou que facer", explica su hijo, José Manuel Iglesias.

El tiempo pasa y juega en contra del octogenario, pero su familia no pierde la esperanza de volver a tenerlo en casa. "Cando abres a porta tes a sensación de que está alí sentado, vendo a televisión. Sabemos que pasaron moitos días e que é complexo, pero nós aínda o seguimos buscando con vida. Él ten oitenta anos, pero está ben de saúde, e pola zona hai casas abandoadas, así que puido buscar refuxio. Temos referencias doutros casos que tardaron en aparecer e foron atopados con vida, así que queremos ter iso na cabeza", apunta José Manuel Iglesias.

El hijo del desaparecido asegura que, a lo largo de los últimos días, se le han pasado todo tipo de conjeturas por la cabeza. "Non sei o que puido pasar porque meu pai soamente se relacionaba coa familia e nunca se afastaba da casa. Que o levara alguén non nos encaixa, e que tivera a intención de acabar coa sua vida, tampouco. Se fose así, tería que aparecer cerca, según nos di a Garda Civil. Pensamos que se desorientou, pero búscamolo por toda a zona e non conseguimos atopalo", lamenta.

La búsqueda de José Luis iglesias continúa activa y se intensificó incluso desde que la familia ofreció una recompensa de 6.000 euros por su hallazgo. "Xa había moita xente participando nos dispositivos, pero dende que ofrecimos os cartos sumouse máis, aínda que moitas persoas veñen por axudar. Algunhas teñen cans adestrados e queren colaborar e ata veu xente dende Toledo. Estamos volvendo a repasar zonas nas que xa buscamos por se se nos pasou algún detalle e xa non sabemos onde mirar. Queremos que isto acabe", concluye.


"Es una tortura, lo más duro sería que no apareciese nunca"

José Luis González López. EP
José Luis González López. EP

Hace cuatro días que buscan sin descanso a José Luis González López en Carballedo. El hombre, de 79 años y vecino del lugar de A Raña, en la parroquia de Santa Mariña de Veascós, falta en la casa familiar desde primera hora del lunes, cuando salió con sus ovejas en dirección a un prado cercano.

La familia está esperanzada de poder encontrarlo pronto y con vida, porque, aseguran, "esto es una tortura". Decenas de vecinos de Carballedo y procedentes de municipios limítrofes colaboran en el operativo de búsqueda y el martes se incorporaron una unidad de perros y un helicóptero de la Guardia Civil y un equipo de drones de la Axencia Galega de Emerxencias (Axega). Pero por el momento no hay ni rastro del septuagenario.

Los medios de comunicación y las redes sociales difundieron la fotografía de José Luis, por lo que "si alguien lo viese por esta zona, lo reconocería al momento", considera Maura Falconi, nuera del desaparecido. Y, a pesar de que su estado físico no era malo, con casi 80 años creen que no pudo desplazarse demasiado del entorno de Nande, donde fue visto por última vez el lunes.

Los días pasan y los familiares están cada vez más cansados. Lo buscan día y noche, revisando cada parcela "en una zona boscosa y complicada", dice Maura.

Asegura que su suegra, la mujer de José Luis, es quien peor está llevando estos angustiosos días. "Está mal, como es lógico, y nosotros somos su gran apoyo, no nos podemos venir abajo por ella", señala Maura.

Cree que harían falta más medios, "porque solo hay un perro y es como buscar una aguja en un pajar", aunque no duda que los agentes "están haciendo su trabajo lo mejor que pueden".

La familia está desolada cuando se cumple el cuarto día de la desaparición de José Luis. "Sería más duro que no aparezca nunca a que aparezca muerto, esto es una tortura", sentencia Maura.

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