Corizonas se estrenó en San Froilán en 2011, hace diez años, cuando solo hacía un año que Los Coronas y Arizona Baby se habían unido para hacer una gira, titulada Dos bandas y un destino. Por tanto, los Corizonas que estuvieron ayer en Santa María fueron otros. Ha pasado una década, han pasado centenares de actuaciones en vivo, ha (casi) pasado una pandemia. Ni la banda es la misma, ni el público sanfroilanero es el mismo, pese a lo cual el tiempo pareció detenerse este viernes y el reloj desandar las horas.
La banda presentó Corizonas III, el disco con un título puramente informativo que está lleno de sorpresas. El primer sencillo Nubes negras llegó al mercado en febrero de este mismo año y supuso una verdadera declaración de intenciones. Los lucenses pudieron ver este viernes que aquello que anunciaban el pasado invierno se ha cumplido: un sonido más distintivo de Corizonas, con más americana y con letras en castellano, perfectas para desgañitarse en directo.
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Durante la actuación, también hubo tiempo para temas de su primer disco The News Today y también de Nueva dimensión vital, un segundo álbum del que el propio cantante, Javier Vielba, admite haber sido poco reconocido por público y, muy especialmente, por la crítica. Poco importó este viernes, con un público entregado que disfrutó del concierto como si fuera la primera vez que la banda pisaba los escenarios de Lugo y, al mismo tiempo, como si fueran viejos conocidos. Entre los asistentes, con toda seguridad, había gente que repetía cita.
Una hora después, Baiuca llenó Horta do Seminario de música tradicional y electrónica, elegante y limpia, con la que muchos se han acercado por primera vez a sonidos propios de la canción gallega.
El proyecto de Alejandro Guitián tiene un público entregado y fiel y fue uno de los conciertos con más tirón del programa de este año. Para muchos, el de ayer se trataba casi de la única cita ineludible de este año junto a la de Tanxugueiras.
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Guitián trajo a Lugo su último trabajo, Embruxo, en el que sigue la estela del primero, Solpor, pero en el que se consolida como un artista más maduro y rotundo, que no tira de samplear sonidos sino que los crea él mismo. Entre los temas que interpretó no faltaron los aplaudidos Veleno y Meigallo.
MARBELLA. Por otra parte, Augas Férreas volvió este viernes a vibrar con la actuación de una orquesta. En esta ocasión se trató de Marbella, que puso a todos los asistentes a mover las caderas, a hacer giros y a corear clásicos de verbena uno tras otro. Los aficionados al baile disfrutaron especialmente de esa actuación.
