Un lucense acusado de amenazar a su expareja con una pistola de fogueo reconoció este miércoles los hechos en el Penal número 2 de Lugo y llegó a un acuerdo con el ministerio fiscal, por el que aceptó una condena de dos años de cárcel. El acusado, sin embargo, no tendrá que ingresar en prisión, ya que las partes acordaron suspenderle la pena con la condición de que no vuelva a delinquir en un plazo de tres años y que realice el curso de reeducación para maltratadores. Inicialmente, la Fiscalía solicitaba para el hombre una condena de cuatro años de cárcel.
El hombre mantuvo una relación sentimental con la víctima desde el año 1995 hasta el mes de abril de 2015, cuando la mujer abandonó el domicilio en el que convivían, sito en Lugo. El acusado reconoció que, durante los últimos 9 meses de convivencia, mostró una actitud "agresiva" con su pareja, llegando a agarrarla por el cuello al menos en tres ocasiones. Además, la separación de la pareja no logró que la situación mejorara, ya que el hombre comenzó a llamarla por teléfono constantemente, acudía a su domicilio para controlarla y la amenazaba con expresiones como: "Te voy a matar; me cuesta mil euros contratar a una persona para que te mate".
En una ocasión, sobre las nueve menos cuarto de la noche del 15 de diciembre de 2017, el acusado, tras llamarla por teléfono en varias ocasiones para quedar con ella -y ante la negativa de la mujer, que le decía que no quería quedar con él a solas-, la esperó en las inmediaciones de su domicilio y aprovechó para acceder al inmueble cuando ella entró por el garaje. Una vez dentro, la siguió hasta la vivienda y puso el brazo en la puerta para evitar que la mujer pudiera cerrarla.
Acto seguido, "con ánimo de atemorizarla", sacó un arma corta del bolsillo de la chaqueta y le dijo: "¿Quieres que te mate?". Finalmente, la víctima consiguió darle un empujón y cerrar la puerta. Tras el altercado, la Policía Nacional detuvo al acusado y el hombre les entregó a los agentes un arma corta de fogueo "marca BBM modelo 315 auto de calibre 8 milímetros". Por todos estos hechos, el acusado fue condenado por un delito de malos tratos habituales.
