No tenía ganas de jubilarse, aunque le queda poco. Sin embargo, una doble agresión que sufrió el pasado curso por parte de un alumno de tan solo 8 años le cambió la perspectiva y ahora cuenta los días para retirarse.
Esta profesora de primaria, que lleva 33 años ejerciendo, opta por contar su caso pero bajo el anonimato. Después de toda una vida de docencia, el pasado curso escolar tuvo que sufrir dos agresiones consecutivas del mismo alumno, la segunda de las cuales la llevó a Urgencias y dio pie a una denuncia contra el menor. "A primeira vez o alumno deume uns couces nas pernas. A segunda, deume un cabezazo na boca que me produciu un corte nun beizo. É un alumno conflitivo, que non fai caso das advertencias e que se altera con facilidade. Xa antes de que me pasara algo a min agredíanos, tanto fisica como verbalmente, aos profesores no recreo e na aula", expone la docente.
Tras la primera agresión, la profesora comunicó el hecho a la dirección del centro y presentó el correspondiente parte de incidencias. También se puso en contacto con la madre del niño. Pese a ello, la situación se volvió a repetir y esta vez de una forma más grave. "Foi a raíz duns doces que trouxo unha nena da clase polo seu cumpreanos. O neno en cuestión empeñouse en coller o que me dera a min a nena. Outro rapaz quitoullo da man para devolvermo a min e respondeume cun cabezazo na boca. Fun ao Hula e aconselláronme denunciar. Antes, comuniqueino a dirección", explica.
Después de las patadas, el niño cambió de aula unos días. En la segunda agresión, fue expulsado pero también por días. A su vuelta al colegio, la docente tuvo que seguir dándole clase "pese a que me producía inquedanza velo", confiesa.
Cuestionada
Hay algo que le dolió tanto a esta profesora como las dos agresiones. Eso fue el cuestionamiento al que fue sometida, según dice, por sus superiores. "Dixéronme que cómo permitira que o neno chegase a ese punto, pero eu non propiciei que me pegase", afirma esta maestra.