La gran demanda de la vacuna de la meningitis B -disparada en Galicia desde el trágico fallecimiento de un niño en Boiro a causa de esa enfermedad- está provocando no solo que las farmacias hayan establecido una suerte de listas de espera para poder dispensar el medicamento de forma ordenada, sino también que en algunos casos se cierren esas listas y no se admitan más pedidos. Algunos boticarios han optado por esta medida, preocupados por la posibilidad de no poder entregar la segunda dosis a aquellos a los que ya vendieron la primera.
El Bexsero, nombre comercial de la vacuna, ha tenido una distribución muy desigual desde que se permitió la dispensación libre en las farmacias españolas el 1 de octubre. Para entonces las boticas ya tenían pedidos de padres interesados en hacerse con ella, aunque muchos otros ya habían viajado a Portugal para comprarla en persona o la habían pedido por internet a farmacias de Andorra, al mismo precio que en España (107 euros) más gastos de envío de 20 euros. Inicialmente, el laboratorio producía suficiente cantidad como para servir varias unidades por farmacia. En Lugo, algunas oficinas empezaron recibiendo doce cajas semanales y otras, tres, en función de si se trata de una botica más pequeña u otra con clientela muy amplia. Sin embargo, la demanda repuntó de tal forma que empezó a llegar a cuentagotas. Gran parte de las farmacias reciben solo una a la semana; otras, las menos, dos o tres. Esta semana a ninguna se le sirvió unidad alguna.
Con esa cantidad de una semanal es con lo que trabajan los farmacéuticos para hacer el cálculo de las listas de espera. "Ya no cogemos más pedidos porque ya tenemos a gente para surtir los próximos dos meses y queremos asegurarnos que nuestros pacientes reciben la segunda dosis", explica una boticaria.
Algunos padres se apuntan en las listas de varias farmacias o estudian cuál es la que tiene la demora más corta para anotarse
Otra admite que los padres empezaron encargando una, pero que ahora ya piden que se les extiendan recetas por dos, para poder asegurar la segunda dosis. Pese a todo, se suelen servir de una en una, para atender las peticiones que se van recibiendo. "Por ahora no ha ocurrido, pero es verdad que si la situación sigue igual podría darse el caso de que alguien vacunara a su hijo con la primera dosis pero no lograra hacerse con la segunda en el tiempo indicado", dice. En los niños de entre seis y diez años el intervalo entre la primera y segunda dosis debe ser de dos meses. En los lactantes, de dos a cinco meses, o en los mayores de 11 años, de un mes.
Como la demanda varía sustancialmente en función de la zona de la ciudad -más alta en los barrios donde vive gente joven con más niños, menos en los más envejecidos- se producen peregrinaciones de padres en busca de la lista de espera más corta. La diferencia entre unas y otras puede ser de varias decenas.
Algunos se apuntan en las listas de varias farmacias para incrementar sus posibilidades de que les llamen pronto.
El presidente del Colegio de Farmacéuticos, Alejandro Sánchez Pérez-Mel, lanza un mensaje de tranquilidad a los padres. Aunque con cautela, confía en que el suministro de Bexsero pueda regularizarse antes de que acabe el año. Explica que los colegios gallegos, así como la Consellería, se pusieron en contacto con la empresa que se comprometió a intentar mejorarlo ya en la segunda quincena de este mes.
Aunque algunas farmacéuticos, al observar cómo bajaba el número de envases de vacunas distribuidos, se plantearon la posibilidad de que se debiese a una concentración de producto en la zona de Boiro -donde se registró el último caso de la comunidad- el presidente colegial asegura que el reparto es igual de escaso en toda Galicia. El fabricante no da abasto para producir el número de envases que le piden en la actualidad y es un producto exclusivo, que no hace ninguna otra empresa. La demanda es generalizada en toda España, si bien en Galicia es especialmente elevada.
