Benjamín Abarca

"Se pretende evitar un confinamiento general con confinamientos selectivos"

Consejero de una de las sociedades de médicos de Familia, forma parte de la comisión de expertos creada por la Xunta ante la crisis del Covid-19
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photo_camera Benjamín Abarca. XESÚS PONTE

Primaria no se ha parado en esta crisis sanitaria y, en esta entrevista, el doctor Abarca explica qué nuevas tareas sumará.

¿Cuál es su papel en el comité de expertos de la Xunta?

Se creó al principio de la pandemia con un grupo de profesionales que podían aportar algo con respecto a sus especialidades. Me llamaron un día y me lo propusieron a título individual, no por los cargos que he tenido ni tengo, sino como médico de Familia y eso fue lo que me hizo aceptar, cómo iba a decir que no. Inicialmente éramos 13 personas y se fue ampliando con profesionales de otras especialidades. Ahora somos tres médicos de Primaria y más de 30 profesionales de todas las especialidades, coordinados directamente por el presidente y el conselleiro.

Una de las decisiones de ese comité fue la fecha de las elecciones...

El informe lo hicieron tres miembros de ese comité. Fueron ellos los que, buscando elementos fundamentalmente epidemiológicos, justificaron la fecha. Pero ese no fue un debate que se produjera dentro del comité.

¿Tiene la sensación de que se le pide mucho a la Primaria? Primero, asumir los test de seroprevalencia, que además coincidieron en el tiempo el autonómico y el estatal, y ahora la detección y rastreo de casos de Covid-19, además de la actividad habitual...

Yo fui de los que defendió que la Primaria había tenido una labor más callada, menos protagonista, al principio de la pandemia, pero que supuso un trabajo de contención clave para evitar que el hospital se desbordase. Primaria hizo un trabajo intenso, no olvidemos que al 80 o 90% de pacientes que han tenido o están teniendo Covid-19 los hemos atendido en sus domicilios desde Primaria, con la colaboración de algunos servicios del hospital en el control del alta. Primaria tiene ahora un trabajo que hacer. Si es capaz de hacer detección precoz, manejar bien los positivos, hacerles un aislamiento inmediato e identificar los contactos, con colaboración, el control de una segunda ola será mucho más sencillo.

¿Con qué colaboración contará?

Hay que tener en cuenta que estamos ahora en un momento epidemiológico muy controlado. Si esa situación epidemiológica cambia es evidente que tendremos un flujo de pacientes Covid-19 muy importante, que hay que atender además de los pacientes que ya teníamos. Porque hay que recordar que a los pacientes crónicos no los hemos descuidado. Durante este tiempo, hemos mantenido la actividad proactiva con los pacientes crónicos, llamándolos para ver cómo iba su diabetes o su Epoc... Probablemente los médicos gallegos hacemos entre 60.000 y 100.000 llamadas todos los días, que se dice pronto. Si la situación epidemiológica cambia tendríamos un número importante de seguimientos y necesitaríamos ayuda. Por eso está prevista la llamada CSC, Central de Seguimiento de Contactos. Nosotros podemos ver a un paciente con sintomatología Covid, hacerle una PCR en 24 horas, aislarlo... pero algo muy importante, además de aislarlo a él, es identificar a sus contactos. Si no lo hacemos no pararíamos esa transmisión que es la clave para que no ocurra otro brote importante. Nosotros podemos hacer la de los contactos más cercanos, los familiares convivientes, pero es difícil que podamos extender la red e identificar a todos los contactos estrechos del trabajo, de tomar algo... Ese trabajo de investigación, que conlleva un conocimiento clínico y casi psicológico, es una parte trascendental. Es uno de los criterios para pasar de fase y aquí en Galicia lo coordina el 061. Mi información es que se ha contratado ya a 50 personas y ese número será variable en función de cómo evolucione la pandemia.

La dificultad del rastreo resultó evidente con un reciente caso en Seúl, que fue muy mencionado: una persona infectada salió de copas y eso supuso un rastreo de varios cientos de personas considerando contactos estrechos a más de 90. Parecía difícil hacer todo eso desde un centro de salud. Entonces el médico de Familia diagnostica el caso y detecta los contactos convivientes y la central, el resto.

Sí, de otra manera sería imposible. Yo identifico un caso y tramito una PCR. Si el paciente tiene un mal estado general y hay signos de alarma activo el 061 y una ambulancia lo trasladaría al hospital. Si tiene buen estado general, le harán la PCR en el Covidauto. Antes de recibir el resultado, lo primero que hago es explicarle de palabra y por escrito cómo tiene que aislarse en casa y ya le hago una pequeña encuesta epidemiológica sobre sus familiares. Le advierto de que le va a llamar la central de seguimiento de contactos para hacer el seguimiento posterior. Si a las 24 horas resulta con PCR positivo entra en el programa Telea, donde introducirá todos los días datos como la temperatura y saturación. Yo le llamaré a diario y la central hará un estudio epidemiológico a todos sus contactos para aislar y hacer pruebas a los estrechos. El fin es no caer en lo que ya tuvimos. De lo que se trata es de hacer confinamientos selectivos y no un confinamiento general.

Para asegurar un diagnóstico de PCR en 24 horas, que es el objetivo, ¿no convendría que fuera Primaria quien extrajera la muestra?

Uno de los problemas que tiene la PCR es la toma de muestras, que no es tan sencilla como otras. Está demostrado que la debe asumir personal que haga esa tarea de forma continuada, por eso está centralizada, al menos en este momento. Si el momento epidemiólogico nos supera quizás se cambie.

Con respecto al tratamiento de pacientes Covid de forma presencial en el centro de salud, no es un problema el envejecimiento de los médicos de Primaria de nuestra provincia, dado que los de más de 60 se consideran grupo de riesgo y están exentos de hacerlo?

No es un problema, es un problemón. Si mis datos no fallan, casi el 60% están por encima de esa edad. De todas formas, creo que la inmensa mayoría no optó por eso y que no es una condición única desde el punto de vista de salud laboral, pero que es un problema es evidente. Una de las cosas sobre las que discutimos y se recoge en el documento es que cada centro de salud es distinto. No todos tenemos la misma estructura ni los mismos recursos humanos. El documento dice que cada centro tendrá autonomía de gestión. En nuestro centro, a cada paciente le atiende su médico y su enfermera, si tiene sospecha Covid en la sala Covid y si no en la consulta. Es decir, los circuitos están perfectamente diferenciados pero no tenemos equipos Covid porque la situación actual no lo hace preciso. Si cambia quizás haya que dedicar un equipo de médico y enfermera solo para esos pacientes. El formato de ahora me gusta más porque la esencia de la Medicina de Familia es esa, la longitudinalidad, pero dependerá del momento y de la situación de cada centro.

"Habíamos caído en unas rutinas generadoras de burocracia que hay que cambiar"

Muchos médicos son pesimistas con respecto a las consecuencias del Covid. Creen que serán incluso peores para pacientes de otras patologías, que dejaron de acudir al médico por miedo.

No es discutible. Hay varios estudios que muestran que las patologías que llamamos no demorables han disminuido de forma muy notable. Y no es que hayan desaparecido sino que se han reducido por miedo. Sin duda pagaremos las consecuencias. Lo que tenemos que tener claro es que no debe ir el paciente cuyo problema se puede solucionar por otras vías pero no debe dejar de ir el que lo necesita. La primera consulta puede ser telefonica y el médico, si ve que lo precisa, es quien le dirá que vaya al centro y que lo haga con todas las medidas de seguridad.

¿Tendrán los pacientes que recoger los partes de baja en persona?

No, nosotros llevamos tiempo mandándolo por correo electrónico. Hay que garantizar en la medida de lo posible que la gente no acuda por un acto administrativo. Es como los partes infantiles. Si el padre y madre dicen que el niño está enfermo, por qué tiene el médico que hacer un justificante. Creo que habíamos caído en unas rutinas generadoras de burocracia que hay que cambiar para ser eficientes y atender a los pacientes lo mejor posible, evitando las aglomeraciones.

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