Afronta 8 meses por atacar a su hermano a mordiscos y darle bofetadas a su madre

El fiscal mantiene que la trifulca tuvo lugar el día de Nochebuena de 2017. El acusado y las víctimas se acogieron a su derecho a no declarar
Edificio de los juzgados de Lugo, en la Praza de Avilés. SEBAS SENANDE
photo_camera Edificio de los juzgados de Lugo, en la Praza de Avilés. SEBAS SENANDE

La Fiscalía lucense solicita una condena de ocho meses de prisión para un hombre que abofeteó a su madre y atacó a mordiscos a uno de sus hermanos. Los hechos sucedieron hace ya tres años -concretamente el día de Nochebuena-, y tanto el acusado como la víctima se acogieron este martes a su derecho a no declarar en el juicio.

El fiscal mantiene que sobre las tres menos cuarto de la tarde del 24 de diciembre de 2017, el acusado llegó a su domicilio familiar, en el que convivía con su madre y sus dos hermanos, y empezó a discutir con ellos. En el transcurso de la pelea, el hombre se enfrentó a su progenitora "con ánimo de atentar contra su integridad física" y le propinó una bofetada en la cara. Acto seguido, la insultó, le dijo que estaba "loca", y la tiró al suelo con fuerza.

El ministerio público alega además que uno de los hermanos intervino para auxiliar a su madre y el acusado lo atacó a mordiscos y puñetazos. A raíz de estos hechos, la mujer "no consta que tuviera lesiones", pero el chico sufrió varias erosiones, hematomas y heridas por mordedura, por lo que tuvo que recibir asistencia sanitaria.

La vista oral por este caso se celebró este martes en el juzgado de lo Penal número 1 de Lugo, pero ninguno de los implicados quiso declarar, por lo que únicamente prestaron testimonio los dos agentes de la Policía Nacional que acudieron al domicilio familiar el día de la supuesta agresión. Los agentes explicaron que recibieron una llamada por una pelea familiar y al llegar a la vivienda se encontraron a la madre y a los tres hijos "muy nerviosos". La mujer les dijo que su hijo mayor había llegado a casa afectado por el alcohol, tras haber estado "de fiesta", y se había enfrentado a ella y a uno de sus hermanos. "La madre presentaba marcas evidentes de golpes y rojeces en la cara, por lo que solicitamos la intervención de una ambulancia y detuvimos al presunto agresor", explicaron.

A pesar de que las víctimas se acogieron a su derecho a no declarar, el ministerio público hizo hincapié en las declaraciones de los policías y solicitó la condena del acusado. "Aunque la prueba es escasa, es suficiente para mantener la acusación, ya que los agentes pudieron observar las evidencias de la agresión. Además", argumentó, "el acusado reconoció en la fase de instrucción la existencia de una pelea con su hermano, a pesar de que dijo que había sido en legítima defensa, circunstancia que no quedó probada en ningún momento".

El abogado de la defensa, sin embargo, solicitó la libre absolución del acusado por falta de pruebas. "En este caso, no cabe otra opción que dictar una sentencia absolutoria, ya que no existen pruebas concluyentes. Los agentes de Policía que acudieron a la vivienda observaron rojeces en la cara de la mujer, pero no pueden acreditar quién fue el causante de tales lesiones, ya que no presentaron ninguna agresión, ni tan siquiera un ataque verbal; únicamente vieron a una madre y a sus tres hijos muy nerviosos", alegó. Tras escuchar los alegatos de las partes, el juicio quedó visto para sentencia.