Así será el derribo de las torres de O Garañón: con cizalla, planta a planta, y sin explosivos

La Comisión de Patrimonio dio el visto bueno al proyecto municipal para derribarlo, que supondrá un coste de 578.000 euros
Las torres del entorno del Parque, que tienen sus días contados. AEP
photo_camera Las torres del entorno del Parque, que tienen sus días contados. AEP

El final de las torres de O Garañón, cuya licencia de obras de construcción concedió el Concello de Lugo hace ya 15 años, está más cerca. La Comisión de Patrimonio de la Xunta de Galicia autorizó este viernes el proyecto de demolición del controvertido esqueleto de hormigón armado que afea desde hace más de una década las cuestas del parque Rosalía de Castro.

La Comisión de Patrimonio dio el visto bueno a ese derribo, pero la orden no se firmará hasta el próximo lunes.

La autorización del Gobierno gallego era preceptiva por estar las torres de O Garañón en el ámbito de bienes con algún tipo de protección, como sucede con el antiguo sanatorio García Portela y el parque Rosalía de Castro.

Una vez que desaparezcan del horizonte de la capital lucense estas dos torres, una de nueve plantas de altura y la otra de diez, la parcela será acondicionada como zona verde.

Tras hacer pública la decisión de la administración autonómica, el concejal de Urbanismo, Álvaro Santos, aseguró que desde el Ayuntamiento se tramitará "de inmediato" para que se tiren las torres con el fin de reponer la parcela al estado original y así "se porá fin a anos de traballo e de incerteza".

Cuando reciba la notificación oficial de la autonómica, la administración local le dará traslado al servicio municipal de Contratación para aprobar el proyecto y dictar la orden de ejecución.

Pendiente de data

 Por tanto, la piqueta podría comenzar a actuar antes de las elecciones municipales del 28 de mayo, aunque todavía no existe una fecha concreta.

La adjudicataria dispondrá de cuatro meses para derribar las torres de O Garañón. El plazo se presume ajustado. Si le surgiesen dificultades de contención en el terreno, la empresa tendría que replantearse esas labores de demolición.

Coste del derribo

 El derribo de las torres de O Garañón, cuya adjudicación se aprobó hace casi ocho meses, le supondrá a las arcas municipales un desembolso de 578.035 euros, una cuantía que es un 40% menos del presupuesto en que había sido licitado el proyecto.

El Ayuntamiento acometerá esta demolición de forma subsidiaria, pues el promotor ourensano de la obra no puede asumirla debido a que su sociedad se encuentra en fase de liquidación, tras el concurso de acreedores que presentó hace cuatro años.

Mientras se acortan los plazos para que O Garañón pase a ser historia, en el otro lado de la balanza se sitúa el pleito que mantiene con el Concello de Lugo la promotora, que reclama unos 15 millones de euros por los daños sufridos, aunque esa cuantía podría elevarse hasta los 26 millones.

El proceso será similar al que se ejecutó en el antiguo hospital Xeral de la capital lucense antes de la pandemia

La demolición se llevará a cabo con cizalla, planta a planta, y sin explosivos

La demolición de las torres de O Garañón se llevará a cabo con cizalla, planta a planta, de arriba a abajo, como, por ejemplo, ya se hizo antes de la pandemia en la capital lucense con el antiguo Hospital Xeral, prescindiendo como en aquel caso de los explosivos para no afectar así a las viviendas próximas.

Curiosamente cuando se va a acometer el derribo de este inmueble en L en el parque Rosalía de Castro, en el otro, ubicado en el barrio de A Residencia, se apuran las obras con el fin de que tenga una segunda vida como residencia para personas mayores.

La demolición integral de ambas torres se ejecutará en seis pasos, según recoge el proyecto aprobado. El primero será la anulación de las acometidas. Después se eliminará el aislamiento de los techos de forjados del bloque noreste, el de nueve plantas.

En tercer lugar se tirará el ladrillo de las fachadas. Después se eliminarán los aislamientos de estas y de los techos forjados. El quinto paso será la demolición, en sentido descendente, pórtico a pórtico. Por último se llevará a cabo la retirada de los elementos demolidos, que se amontonarán en la parcela.

La demolición se detendrá a la altura de la planta baja para analizar la estabilidad del muro de contención para que se garantice la estabilidad del terreno.

REPOSICIÓN. Se llevará a cabo en cinco pasos. Primero se cubrirá el fondo de la excavación con una lámina geotextil para evitar agentes contaminantes hacia el subsuelo. Después se utilizarán como relleno elementos inertes de la propia demolición, como materiales cerámicos u hormigón.

También se usarán tierras de la propia parcela para ese relleno. En cuarto lugar se instalará riego por aspersión y por último se extenderá un césped precultivado.

Se tirarán casi 15.000 metros cuadrados

La superficie construida de esta edificación en L a derribar, cuyas obras están paralizadas desde 2011 en las inmediaciones del parque Rosalía de Castro por mandato judicial, es de 14.868 metros cuadrados, según recoge el proyecto de demolición y restitución al estado original de estos terrenos. Una de las torres levantadas tiene nueve plantas y la otra diez.

Parcela

La parcela en la que se levantan estas dos torres de hormigón armado que afean el entorno del Parque y las vistas del río Miño tiene una superficie de 3.662 metros cuadrados.

Seguridad

El de O Garañón no es solo un cóctel urbanístico, judicial y político, también se ha convertido en un problema de seguridad ciudadana en la capital lucense. En la última década se han sucedido los incidentes en este ejemplo de feísmo urbanístico. Sus fachadas se convirtieron en lienzos en altura en los que se realizaron pintadas, algunas de ellas declaraciones de amor. Pese a que su acceso está vallado, menores de edad también se subieron al ático para aprovechar sus privilegiadas vistas para hacerse selfis, con el consiguiente riesgo porque para acceder hay que subir por una escalera en ladrillo sin ninguna medida de seguridad. También hubo jóvenes que con bates de béisbol se dedicaron a demoler los muros de ladrillo de su interior y después los arrojaron al vacío.

Escombros

37.796 metros cúbicos de escombro es el volumen total del derribo, según figura en el proyecto de demolición y restitución.

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