Emilio Trigo Pérez —uno de los siete hijos de Ramón Trigo Doel, fundador de la empresa de autobuses Trigo— falleció este lunes, lo que causó una gran consternación entre sus familiares y todos quienes lo trataban. Milucho Trigo rondaba los 90 años y era muy conocido en una gran parte de la provincia ya que, durante muchos años, llevó él las riendas de la empresa e incluso condujo los autobuses, tanto para el servicio de transporte de viajeros como del escolar.
Este empresario lucense enviudó el pasado mes de agosto de Elena Gómez Álvarez, con la que tuvo un único hijo, Emilio Trigo Gómez, quien está ahora al frente de una empresa fundada hace unas nueve décadas bajo el nombre de Ramón Trigo para pasar, años después, a llamarse Autocares Trigo.
Milucho heredó de su padre, Ramón Trigo, la afición por la automoción, al igual que su hermano Piño Trigo, que regentó el concesionario Sport Auto en Lugo durante muchos años y fue miembro de la escudería Miño. Además de Piño, Milucho tuvo cinco hermanos más: Lucita, Nela, Dora, Ramón y Manolo.
Con la ayuda de un herrero y un carpintero y sus conocimientos de mecánica, el padre de Milucho montaba por su cuenta sus primeros autocares. Se hacía con un chasis y un motor y después fabricaba en sus talleres la carrocería en madera y la recubría con chapa. Esa primera línea de autocares partía de la explanada de la estación del tren de Lugo y hacía rutas a Meira y Baleira, así como a las ferias de Castro de Ribeiras de Lea, Meira y Castroverde. Ahora esta emblemática empresa, que va ya por su tercera generación, cuenta con casi una decena de vehículos y cubre la línea Lugo-Meira y varias rutas del transporte escolar, entre ellas la del colegio de los Maristas en el que estudió Milucho.
Milucho Trigo deja un hijo —Emilio Trigo, casado con Itxaso Inchaurraga Ruiz— y dos nietos, Gabriela y Oliver.
FUNERAL. El funeral por Milucho Trigo, que era un gran seguidor del Atlético de Madrid de fútbol, tendrá lugar este martes, a las once y media, en la capilla del tanatorio As Gándaras, de Serfuja. Seguidamente, se producirá la inhumación del cadáver en el cementerio municipal de San Froilán, en Lugo.
