Pepe Blanco, adiós al más poderoso

La exclusión de Blanco de las listas europeas supone apartar al socialista lucense que más poder acaparó tras saber conducir a Zapatero al poder

La dirección del PSOE confirmó este domingo la caída de José Blanco, el lucense que más poder ha ostentado en el partido. Blanco, que fue uno de los símbolos de la fortaleza de los socialistas en Lugo desde inicios de este siglo, se fue lanzando un mensaje que expresaba su "infinita" y "eterna gratitud" al PSOE. "Finalizo una etapa de mi vida y comienzo otra. Echo la vista atrás y solo siento gratitud hacia los ciudadanos que me han apoyado durante tanto tiempo y hacia el PSOE y sus militantes", escribió.

Blanco, que se inició en el partido durante la adolescencia, cuando aún era alumno de José López Orozco en el instituto, hizo gala desde muy joven de un instinto político que le llevó hasta la secretaría de organización del PSOE, desde donde tejió la estructura de poder del partido en la etapa de José Luis Rodríguez Zapatero, al que él supo llevar a la secretaría general del partido cuando casi nadie esperaba, ganando para él un congreso a golpe de móvil.

El joven Blanco inició en Lugo una carrera que le llevó a Madrid primero como senador y después como diputado. Desde la capital desarrolló su instinto político, que le permitió acumular poder en el partido. Como número dos de la organización, fue clave en las victorias de Zapatero y la redefinición del socialismo tras los gobiernos de Felipe Gonzalez.

Ascendió también a uno de los puestos más cotizados en el Gobierno, el de ministro de Fomento y desde ese departamento dejó notar su influencia en Lugo, con obras como la del puente blanco, el impulso definitivo a la autovía del Cantábrico o, incluso, la restauración de la catedral de Lugo.

José Blanco tomando posesión como ministro. AEP

Desde la cumbre del poder vio cómo empezaban a cernirse algunas nubes, como la que supuso su imputación en el caso Campeón, investigación que se cerró finalmente con su exoneración de cualquier delito. También se posaron miradas sobre él por el accidente de Angrois.

El fino olfato político de Blanco erró, finalmente, cuando apostó por Susana Díaz para dirigir el partido. Pedro Sánchez ha optado por apartar a todos los que no le siguieron y Blanco cayó está entre los caídos.

José Blanco inaugurando el puente blanco. AEP

La decisión de dejarlo fuera de las listas se daba por hecha desde hace unos días, pero hay socialistas sorprendidos de que se prescinda del lucense. Es el caso de José López Orozco, que este domingo decía que "me resulta muy difícil de comprender después del trabajo que ha realizado y su servicio al partido". El exalcalde también apuntaba que "es una persona de gran experiencia y no andamos sobrados de personas así".

En otros ámbitos del partido de Lugo intentaban relativizar y decían que el PSOE es el conjunto del partido y no personas concretas, aunque también decían que es bueno no tomar decisiones en clave de laminar a nadie y que cuando alguien se va siempre es malo.

Varela, clave en el ascenso al poder del partido, queda atrás
La dirección del PSOE apartó también a Ricardo Varela, persona decisiva en los últimos lustros en la organización del partido en Lugo y en el ascenso de los socialistas a los distintos escalones del poder. Es una decisión que se venía anunciando y que se confirmó para Varela en un día negro para él por otro motivo: el fallecimiento de su madre. Desde el tanatorio, Varela rechazaba este domingo comentar las decisiones del partido y se limitaba a agradecer a los militantes socialistas que hubieran vuelto a confiar una vez más en él y le hubieran votado mayoritariamente para encabezar la candidatura al Senado. El partido optó, sin embargo, por colocar en ese puesto a César Mogo, natural de O Valadouro.

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