Tres acusados de secuestrar a un menor dicen que temía un castigo y "se lo inventó"

Afirman que estuvieron con el chico fumando hachís y que su madre no paraba de llamarlo porque llegaba tarde. Afrontan 6 años de cárcel

Tres jóvenes acusados de secuestrar a un menor durante varias horas y robarle la tarjeta de memoria del móvil negaron este lunes los hechos ante el juez del Penal número 2 de Lugo y alegaron que el chico "se lo inventó todo" para evitar un castigo. Los acusados, que se enfrentan a penas de seis años y diez meses de prisión, aseguran que el joven estuvo con ellos voluntariamente "fumando hachís" y se marchó preocupado porque llegaba tarde a casa y su madre no paraba de llamarlo.

Tal y como consta en el escrito de acusación de la Fiscalía -que este lunes solicitó la condena de los tres acusados, con iniciales S.G.M., I.V.Z. y S.D.S.L.- los hechos ocurrieron el 31 de enero de 2016. Ese día, sobre las diez y media de la noche, los tres jóvenes viajaban en coche por la Avenida da Coruña y vieron al menor sentado en un banco. El grupo detuvo el vehículo y dos de los acusados se acercaron al chico, al que ya conocían, lo intimidaron, y lo obligaron a subirse al coche. Acto seguido, el conductor arrancó y continuó el trayecto hasta las inmediaciones del parque de bomberos, donde se detuvo. Una vez allí, los acusados, "de forma intimidatoria y amenazante", le exigieron a la víctima que les entregara el móvil.

Según la versión de la Fiscalía, como el chico se mostraba reticente a darles el teléfono, uno de los acusados, I.V.Z., sacó una navaja y se la colocó en la cara y en el cuello, llegando a ocasionarle una erosión superficial, hasta que tras un forcejeo lograron arrebatárselo. Posteriormente, sin permitir que la víctima se bajara del turismo, los acusados se desplazaron hasta la zona de A Piringalla y le ordenaron al chico que entrara en un inmueble, pero no pudo hacerlo porque estaba cerrado.

Acto seguido, lo llevaron hasta el barrio de Abella, le sacaron la tarjeta de memoria del móvil, le devolvieron el terminal y le dijeron que se podía bajar del coche. Sin embargo, antes de que se marchara, le exigieron "bajo amenazas de muerte" que se encontrara con ellos al día siguiente para entregarles también el teléfono.

El denunciante, que actualmente tiene 20 años, confirmó este lunes que le obligaron a subir al coche en contra de su voluntad. Sin embargo, los letrados de la defensa insistieron en las "múltiples contradicciones" en las que incurrió el chico. El joven declaró este lunes que no forcejeó en ningún momento con los acusados y que no se vio la herida hasta que llegó a casa. Dijo además que la persona que le acercó el cuchillo al cuello fue S.G.M. y no I.V.Z. El denunciante tampoco pudo precisar en qué momento le arrebataron el móvil ni quién fue la persona que se lo quitó. Igualmente, el joven explicó que le contó lo sucedido a unos amigos y estos se lo dijeron a sus padres, pero la madre declaró que se lo contó su propio hijo, y no los amigos.

Los supuestos secuestradores -acusados de robo con violencia, detención ilegal, lesiones y tentativa de extorsión- mantienen que el chico los vio en el coche, parados en un semáforo, y les dijo si podía ir con ellos. "Vino porque quiso", insistieron. El juicio quedó visto para sentencia.