Cinco acusados admiten que vendían droga para pagar su propio consumo

Otro imputado no declaró y el séptimo dijo que solo le hizo un favor a un amigo. Uno guardaba armas y alegó que las tenía porque su mujer es sobrina del asesino de Lupe y temían una venganza
Los acusados, en el banquillo de la Audiencia Provincial de Lugo. SEBAS SENANDE
photo_camera Los acusados, en el banquillo de la Audiencia Provincial de Lugo. SEBAS SENANDE

Cinco de los siete acusados de traficar con hachís y cocaína en Lugo en los años 2013 y 2014 reconocieron este martes los hechos en la Audiencia Provincial de Lugo y alegaron que vendían estupefacientes para poder sufragar su propio consumo. Héctor Manuel P., Rafael P.F., Alejandro N.R., José Manuel B.B., y su esposa, Florentina C.M. explicaron este martes ante el tribunal que se suministraban la droga entre ellos, tanto para consumo propio como para venderla a terceras personas. En el caso de la mujer colaboraba para el consumo de su marido.

En el transcurso de sus declaraciones, algunos de los imputados implicaron también a los otros dos acusados: Rubén A.P., que se negó a declarar, y Manuel G., quien alegó que únicamente había hecho de intermediario para entregarle un paquete a Héctor Manuel P. "Éramos amigos de la infancia, como hermanos, y me pidió que recogiera un paquete. Me lo dejaron en mi casa y yo se lo entregué a él. Yo sabía que era droga, ya que por aquel entonces él llevaba una vida horrible, pero yo únicamente le hice ese favor", dijo.

La Fiscalía pide cuatro años y medio de cárcel para cada uno por tráfico de drogas. Para el acusado que tenía armas pide otros 30 meses

El ministerio público explica en su escrito de acusación que los siete acusados se dedicaban al tráfico de estupefacientes en el año 2013, por lo que la Policía Nacional abrió una investigación y realizó varias escuchas telefónicas autorizadas judicialmente. Los agentes realizaron un seguimiento de los sospechosos y los arrestaron en diferentes intervenciones llevadas a cabo entre el 18 de febrero y el 9 de junio de 2014. Todos ellos fueron sorprendidos con sustancias estupefacientes en su poder o en sus domicilios. En su escrito de conclusiones provisionales, el ministerio fiscal los acusa a todos de un delito contra la salud pública y solicita para ellos penas de cuatro años y medio de cárcel, así como multas de 50.000 euros.

ARMAS. En uno de los registros domiciliarios —en la vivienda del matrimonio formado por los acusados José Manuel B.B. y Florentina C.M., sita en A Coruña— la Policía Nacional encontró varias armas, entre las que se encontraban una pistola corta semiautomática, un revólver detonador modificado, un bolígrafo pisola y un centenar de cartuchos. Por este hallazgo, José Manuel B.B. afronta otros dos años y medio de prisión como autor de un delito de tenencia ilícita de armas. Según la Fiscalía, la acusada "desconocía la existencia" de estas armas en su domicilio.

Tal y como explicó este martes el acusado ante el tribunal, en ningún momento llegó a utilizar las armas ni las tenía en su poder por algo relacionado con el tráfico de drogas, sino por un asunto familiar. "Mi mujer es sobrina de Pepe, el hombre que asesinó a su mujer, Lupe. Nos empezaron a amenazar y a decir que la iban a matar a ella como venganza. Mi suegro estaba en la cárcel con Pepe y acabando con la vida de mi mujer sabían que los dos hombres se matarían en prisión. Yo pasé muchísimo miedo y pedí las armas prestadas porque necesitaba defender a mi familia. Mi mujer y mis hijas tenían que salir a la calle disfrazadas y pasamos mucha angustia, pero jamás pensé en utilizarlas, y menos por la droga. Yo vendía solo para pagar mi consumo, ya que no sé robar y mi sueldo iba todo para mi familia", explicó.